Sucedió en mi adolescencia -2
Fecha: 29/04/2018,
Categorías:
Hetero
Autor: ClauMar, Fuente: CuentoRelatos
En mi texto anterior les conté sobre mi relación con Roberto, esta fue pletórica en su comienzo, tuvimos un fin de semana dulce, tierno y caliente, pero que cambió radicalmente cuando volvió su esposa. Yo no pretendía que él se dedicase solo a mí, pero sí que me brindase algo de tiempo… pero no fue así… razón por la cual nuestro mini romance finalizó en enero de ese 1994, duro apenas tres semanas, me sentí usada sexualmente, se sacó la calentura conmigo y punto.
En la primera semana de enero de 1994 conseguí trabajo como niñera, me contrató un matrimonio para cuidar a su hijo de 6 meses por la mañana. Trabajaba de 7 de la mañana hasta el mediodía, tenía buena relación con toda la familia, Carmen era una de las abuelas. Ella venía a eso de las 9 de la mañana y se quedaba una hora, a veces más tiempo.
Carmen era una mujer de 45 años y muy bonita, estaba casada con Eduardo que tenía 49, él era muy fachero y apetecible como hombre.
La relación mía con ella no era buena, era más bien tirante, y me demostraba que yo era solo una niñera al cuidado de su nieto. El resto de la familia era espectacular conmigo, en especial Eduardo.
A medida que pasaba el tiempo Carmen me rebajaba constantemente, era de una familia de buena posición, y yo pertenecía a un nivel que su mente suponía que podía denigrar. Eduardo era todo lo contrario, dulce conmigo, sabía que su interés hacia mí era el de acostarse conmigo.
La mala relación de Carmen conmigo, hizo que yo buscase y provocase ...
... a su marido aunque nunca se enterase quería demostrarle que yo podía tener a su marido y hacer que me desease y que me amase, tomarme el tiempo suficiente para seducirlo y dejarme seducir quería ser para él el amor de su vida.
Así fue como la onda que él me tiraba fue en aumento cada día más, yo me mostraba por momentos accesible y en otros mantenía una fría distancia, eso hacía que Eduardo, aumentase sus deseos por mí.
Yo empecé a vestirme de otra manera para atraerlo, seguía usando ropas sugestivas, ajustadas, deje de lado un poco los jeans, combiné mucho los colores use mucho polleras cortas y me maquillé, cosa que antes no hacía, y a él eso le gustaba y me lo hacía saber con sus palabras y con sus miradas.
Después de unos días así decidí que debía poner como decimos los argentinos “toda la carne al asador”, y me vestí como para enloquecer a cualquier hombre, pero en mi mente solo uno podía obtenerme.
Una amiga me peino dándole volumen a mi pelo lacio, me encantaba como me quedaba, me maquilló ojos y labios de manera que me daba un toque más dulce y tierno, llevaba unos aros plateados. Llevaba una remera blanca con escote cuadrado, que tímidamente dejaba asomar un poquitito de mis senos, pero era tan ajustada que los marcaban como para que se notasen mis pezones, brazos y hombros descubiertos sujeta a mi cuerpo por dos breteles muy finitos. Llevaba una minifalda negra recta levemente ajustada a mi cuerpo, que marcaba mi cola y dejaba al descubierto la mitad de ...