Mi novia me enseñó a coger
Fecha: 02/05/2018,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Autor: Zaratustra, Fuente: CuentoRelatos
Por la diferencia de edades, tengo 26, pensé que a mi novia Amanda yo la pervertiría y le enseñaría a coger. La conocí una vez que acompañó a su amiga a una entrevista de trabajo para que la contratara. Al ver sus ojos verdes prendidos como semáforos, sus bien formadas tetas y su cinturita la invité a pasar a la entrevista, aunque ella no era la interesada. Las contesté a ambas. Amanda cursaba sus últimos años de bachillerato y un día, después de muchas veces llamarla a mi oficina de director con el único fin de verle la cadera, las nalgas y sus tetas, para posterior a su salida, sacármela y jalármela obsesivamente para derretirme sobre mi escritorio. Un día le pedí que fuera mi novia. Me contesto que no, que su vecino Álvaro se la vigía muy rico y que así estaba bien.
Le dije que no me importaba si su vecino Álvaro se la seguía cogiendo. Se quedó pensativa y me dijo que ella se lo pensaría si ella podía seguir cogiendo con su vecino pero que yo a mi vez tendría que serle fiel. Le dije que sí. Un día decidí llevármela de vacaciones, ella y yo solos y juntos. Su mama intercedió para obtener el permiso del papa y disimular el viaje con un asunto de trabajo. En Oaxaca salimos a la calle y nos metimos a una agencia de viajes para comprar unos boletos de avión a Puerto Escondido. En la salida olvido su mochila. Llegamos al hotel y al darse cuenta de su olvido nos encaminamos de regreso a la agencia. A la entrada nos encontramos con un muchachito sentado en la banqueta con la ...
... mochila de Amanda. Le agradecimos su honradez y Amanda lo invito a cenar a nuestro hotel en gesto de agradecimiento. ¿Me lo puedo coger?, me pregunto. Claro mi amor, ya sabes que conmigo puedes hacer lo que quieras. La única condición que le puse fue que terminando mí se bañara ni se arreglara, que la quería ver así. Al terminar de cenar Amanda tomó a Ignacio de la mano y se enfiló rumbo a la habitación.
Me quedé en el bar tomando e imaginando el espectáculo que ocurría en mi habitación. Tres horas después Amanda se reunió conmigo en el bar. Venia esplendorosa, con la piel sudada y sus cabellos pegajosos pegados a su frente. ¿Te lo cogiste?, le pregunte. Tú que crees, me respondió. Esa noche me la fornique por la boca mientras le comía la concha. Al día siguiente fuimos a conocer las pirámides de Yagul. Amanda quiso invitar a Ignacio, con quien estuvo jugueteando toqueteos durante todo el día. Ya caliente subimos al monte a explorar y la acabe penetrando frente a Ignacio. Días después llegamos a Cascadas de Agua Azul. Vimos en el río a una morena nadando en playera y sin brasier. Sus pezones lucían enormes, cafés y parados cual verga. Amanda se lanzó al agua y se fue a platicar con la morena. Quiero con ella, me dijo a la hora de la comida. Ya en la cabaña nos cogimos frenéticamente recordando las tetas de la morena. Fue el primer orgasmo lésbico que le vi. A la noche la invitamos a cenar. Amanda me ordeno que comiera rápido para dejarla a solas con ella y que, si pasaba que ...