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EL LADRÓN Autor: MAPMAKER
Fecha: 02/05/2018, Categorías: Sexo con Maduras Autor: mapmaker, Fuente: RelatosEróticos
... me explicó que la técnica era dominar los músculos vaginales para contraerlos y dilatarlos a voluntad. Observe su desnudez a plenitud y descubrí la belleza que ocultaba a todos; estaba sobre el lecho recostado a la pared observando cómo me acariciaba expertamente el miembro llevándolo a adquirir nuevamente su exagerado tamaño. Me pidió que me la cogiera como una perra; era la primera vez que una mujer me pedía más verga, se colocó en posición; yo monte sobre su espalda aprisionando con mis brazos sus caderas; mi verga templada estaba acunada en la parte alta de su trasero zurrándose entre sus nalgas. Imité los movimientos de un perro al copular, meciéndome, buscando el contacto de su vagina; al sentir en mi glande la entreabierta entrada, me impulse haciendo desaparecer la campana dentro de su vulva; un suspiro de complacencia se escuchó en la habitación, empecé a copularla como un perro mientras ella soportaba estoicamente mi culeada. Arqueaba completamente su derriere manteniendo erguida su cabeza; no soporte la lujuria de verla en esa posición y me derramé dentro de ella; los espasmos de su vagina causaban una sensación placentera en mi cerebro. Me pidió que me desmontara como los perros; pasé mi pierna sobre sus nalgas para quedar culo con culo notando con sorpresa que la campana de mi miembro no podía abandonar su encierro; estaba atorada dentro de su concha. Me indicó que copulásemos empujando nuestros cuerpos hacia atrás; nos balanceamos haciendo que ...
... chocaran nuestros glúteos; continuamos topando con fuerza; mi verga entraba y salía causando sonidos excitantes pero al llegar a la entrada de su sexo la campana era retenida con una presión increíble; esto nos llevó a otra corrida fantástica. Nos tendimos agotados mientras el enorme glande era expulsado por la chorreante gruta; al cabo de unos minutos comenzó a magrearme la verga nuevamente; se coloco a la inversa sobre mi mostrándome su concha a plenitud; un clítoris gordo, sobresaliente; unos labios vulvares carnosos, enrojecidos; comenzó a gotear jugos sobre mi barbilla, con un olor dulzón que me embriagaba. Su húmedo ano me hacia guiños cada vez que le chupaba el gordo capullito, se entreabría palpitante contrayéndose a cada caricia, como incitando a ser penetrado. Me coloque sobre el lecho y ella montó sobre mi; engulló toda mi verga iniciando un movimiento fascinante; sus senos se balanceaban sobre mi rostro hipnotizando mis sentidos; tenía la impresión que mi pene era succionado por una ventosa. Las paredes de su vagina se ajustaban perfectamente a mi enorme verga de una manera inverosímil; los movimientos que imprimían los balanceos de sus glúteos; afectaban todos mis sentidos llevándome a un estado de placer increíble. Era como si su vagina fuese un aparato de masaje adaptado justamente al tamaño de mi miembro; subía y bajaba sacándolo e introduciéndoselo de con un ritmo enloquecedor; ni siquiera me percaté del tiempo que paso solo sé que de pronto me ...