1. La paga al final se paga


    Fecha: 06/05/2018, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    He acudido a casa de mi tía desde pequeño y todas las semanas me colmaba de besos y me daba la paga.
    
    Ella es soltera pero tiene un encanto especial.
    
    Gusta bastante a los hombres y sé que entiende de seducción.
    
    Por eso un día fui yo el que caí en su red atrapado.Me recibió en bata de casa muy corta y muy sexy.
    
    Sus labios rojos parecían desear buscar otros con gusto.
    
    Por eso al tomar juntos delante de la tele un refresco , noté que el vaso había quedado machado con sus labios.
    
    Aquello me gustó y cuando ella fue a la cocina tomé el vaso y chupé donde ella había bebido.
    
    Pero ella me pilló.
    
    Me hizo un interrogatorio mesando mis cabellos.
    
    Entre sus caricias y sus muslos , mi cuerpo fue poco a poco poniéndose a tono y le lanzé la mano a sus muslos.
    
    Con mucha calma y paciencia siguió su interrogatorio.
    
    Me preguntó por si tenía alguna chica y si había tocado a alguien.
    
    Le contesté que me había atrevido sólo con ella.
    
    A partir de ahí ya no hubo preguntas.
    
    Se ofreció a ser mi maestra en el amor.
    
    Se desnudó y fue explicando sus zonas más erógenas .
    
    La principal resultó ser el clítoris.
    
    No sabía ni el nombre.
    
    Pero su paciencia y su saber estar tuvieron su ...
    ... compensación.
    
    Me acarició entre sus pechos y tomó mi mano poniéndola en su coño.
    
    Estaba mojado y mi polla estaba también.
    
    Acerqué mi nariz al lugar prohibido y su armoa invadió mis sentidos.
    
    Masajeó mi polla , la acarició y con sumo placer la chupó.
    
    Creo que no era la primera , pero para mi sí.
    
    Lentamente fue tomando mis manos y pasando ellas por sus pezones.
    
    Me abalancé y la besé .Nunca había sentido el sabor de una mujer y era mi tía quien me estaba dando placer .
    
    Nuestras lenguas se fundieron. Creí abrasarme por todo el bagaje que me ofrecía .
    
    Me fue calmando poco a poco y me ofreció una sesión de iniciación.
    
    Fuimos a la cama y me insistió sobre todo en el control.
    
    Teníamos toda la tarde y no era cuestión de romperla al primer minuto.
    
    Me ofreció su coño e hicimos luego el 69.
    
    Todo era nuevo para mi.
    
    Me abrazaba y me pedía que aquello no era normal pero que era sano y se ofreció a ser mi dueña.
    
    Allí aprendí desde entonces todas las artes amatorias y hoy le debo y le agradezco con todo mi respeto , todas sus enseñanzas.
    
    Felizmente estoy casado y cuando algún día voy a verla me recuerda todo aquello y nos fundimos en un largo beso.
    
    Todavía noto su aroma y le pellizco los pezones. 
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