Desafío de galaxias (capitulo 22)
Fecha: 06/05/2018,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Autor: calvito, Fuente: CuentoRelatos
El despliegue se había completado y más de un millón de soldados federales se encontraban desplegados en el sistema Rudalas, en el cuarto planeta. Las unidades más poderosas estaban presentes, incluidas tres de las cinco divisiones acorazadas. Todo el despliegue del ejército, ocupaba una superficie de 20.000 Km2 y en órbita, sobre la vertical, parte de la flota federal la protegía, el resto, dividida en dos escuadras, aguardaba en las inmediaciones. La estrategia de Clinio y Loewen, era permitir que los bulban desembarcaran sus tropas en la superficie para atraparla posteriormente.
Veinticuatro horas antes de la llegada del grueso de la flota bulban, el presidente Fiakro y el grupo principal de cancilleres, se reunieron en el Fénix con Marisol y sus principales colaboradores.
—En primer lugar, quiero agradecer a la general Martín, que nos haya permitido montar este acto de… “autobombo”, pero en el parlamento federal tengo el gallinero revuelto, —el presidente hablaba de pie, mirando a todos—. Si esto pasa cuando las victorias se suceden, Dios nos asista como lleguen los tiempos malos. ¿Podemos comenzar el acto, general?
—Por supuesto señor presidente, —respondió Marisol levantándose y abriendo una puerta, permitió el acceso de una decena de periodistas y cámaras de televisión.
—Estamos aquí para recompensar a los jefes militares que han liderado la guerra, —continuo el presidente—. General Martín, es un placer para mí, imponerle la “Medalla de Honor” con ...
... distintivo rojo, la máxima condecoración de la República.
—Es un honor recibirla de sus manos señor presidente, —contestó Marisol.
Loewen, Clinio, Opx y Marión, fueron recibiendo sus medallas, pero con distintivo azul, de las manos de los cancilleres.
—Capitán Anahis, por favor, acérquese, —ordeno el presidente mientras el canciller de Mandoria se ponía a su lado con una sonrisa de orgullo en la cara—. Por la presente orden, se acuerda promover por meritos de guerra, al empleo de coronel, a la capitán de estado mayor, Anahis de Mandoria, —entregándola las insignias, y dándolas dos besos, añadió—. Coronel, enhorabuena, —y continuo—. Por la presente orden, y de acuerdo con la recomendación del comandante en jefe del ejército, se acuerda conceder la “Medalla de Honor de la República” con distintivo azul, a la coronel Anahis de Mandoria por el valor demostrado durante la batalla de Narsur. Le impone la condecoración, su padre, el canciller de Mandoria, en presencia de su padrino, el presidente de la República.
El canciller le colocó la condecoración mientras perdía un par de lágrimas. La beso y abrazo mientras todos los asistentes aplaudían. Incluso a Marisol se le saltaron las lágrimas.
—Por cierto, que a tu padre y a mí, —añadió el presidente— nos gustaría que no hicieras más honor a tu… apodo: la “decapitadota” —todos rieron a carcajadas— pero nos tememos que no vas a hacer caso, ni a tu padre, ni a tu padrino.
El presidente y los cancilleres se marcharon, y Marisol ...