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Y me dominaste
Fecha: 06/05/2018, Categorías: Infidelidad Autor: PalabrasDeTe, Fuente: CuentoRelatos
... dejaba sus senos al aire. Unas medias negras que se ataban de unas cintas más negras aun por encima de un panty púrpura. Sus muñecas estaban forradas de unas pulseras de cuero y en el cuello tenía una gargantilla que parecía una esposa gigante. De la cama tomó una especie de fuete y empezó a darme pequeños golpes en las piernas. Suaves pero desesperantes. Luego subió a mis muslos, rozaba mis testículos y mi miembro. Le daba pequeños golpes que se fueron volviendo más intensos y provocó una gran erección. Había dolor. No podía negarlo, pero también placer en ese dolor. En esa desesperación subió, golpeó mis costillas y sentí me quemaba. Acarició mi cara y me dio golpes suaves en la boca y las mejillas. La piel ardía, pero no me molestaba. Parada separó las piernas e hizo a un lado su panty, pasó la punta del fuerte por su vagina, la frotó con fuerza y eso la enloqueció. Al terminar me lo hizo oler. Me lo restregó para impregnarme de su olor hasta que me lo metió en la boca obligándome a lamerlo. Lo sacó y azotó un par de veces más. En el pecho, en los brazos, en el pene. No sabía que decir. Sentía vergüenza por estar disfrutando así ser un sumiso. Tenía rabia por no haberme dado cuenta lo que había preparado. Ahora no tenía voluntad. Ella hacia lo que quería. Puso el fuete en la cama otra vez y se bajó las pantys. Con su mano izquierda tomó mi quijada, hinco sus dedos dentro de mis cachetes y abriéndome la boca metió toda su humedad contenida en ese pequeño pedazo de ...
... tela que yo le había regalado. —Chúpalo−me decía con fuerza a la cara —Chúpalo. Yo obedecía, no decía una palabra. Se montó sobre la mesa y pude ver sus zapatos transparentes de plataforma que puso primero pegados a mis axilas y luego a mis orejas. Se agachó y puso su culo en mi boca. Se sentó con fuerza. Me ahogó y luego lo restregó. Decía que mi barba la excitaba. Se restregaba con mi barbilla y mi boca. Sentía el olor de su vagina que mojaba mi nariz. Parecía una fuente mojando mi rostro. No sé cuánto duró, pero hubo momentos que me asfixiaba. No quería que parara. Sacaba mi lengua, la lamía, la penetraba hasta donde podía. Disfrutaba de sus jugos. Se detuvo, se paró y podía verla parada con su vulva roja por restregarse con tanta fuerza contra mi barba. Se bajó con cuidado. Me encontraba aturdido. En algunos momentos sentí iba a acabar sin siquiera tocar mis partes. El olor que entraba por mi nariz y por mi boca era el de una hembra. Su sabor estaba impregnado en mi saliva. Los ojos me picaban por sus fluidos. Me dio la espalda. Tardaba. Hacia algo y no podía levantar más la cabeza para ver que tramaba. Giro y un cinturón con hebillas sostenía una especie de pantaleta de cuero, de donde salía un gran falo color carne. Una réplica exacta a un pene. Algo hizo con la cama y de pronto dividió la parte inferior. Mis piernas se separaron y se doblaron. Mi cuerpo bajó y quede totalmente vulnerable. Acarició mis piernas. Ahora yo estaba al nivel de su cintura. Podía ver lo que ...