1. La noche que me quedé en tu casa (Quinta parte)


    Fecha: 08/05/2018, Categorías: Sexo con Maduras Autor: buitrepanda, Fuente: CuentoRelatos

    Amado Primo F.,
    
    Una vez que S. me acabó su cantidad enorme de leche adentro mío, vos le pediste que me sacara la pija de mi culito porque me querías cojer. De a poco la fue sacando, con pequeños movimientos, pues él tampoco quería sacármela, hasta que finalmente la sacó toda y me la pasó por mis nalgas y por la raya de toda mi cola, hasta que dejó de hacerlo y se fue al baño a lavársela.
    
    Una vez que me sacó la pija, me quedé tendido en la cama boca arriba, con la cabeza sobre la almohada, y sentía, como la lechita de S., su elixir, se me iba escurriendo desde dentro de mi culito hacia las sábanas. Me sentía agotado, pero gozosamente feliz.
    
    Te acostaste al lado mío, agarraste mi pija, que en esos momento era una “pijita”, pues mis deseos eran absolutamente otros, y empezaste a pajearme. Me empezaste a besar, suavemente, con muchísimo amor. Nos besamos largamente entrecruzándose nuestras lenguas, y me empezaste a bajar la mano por mi entrepierna, y seguiste bajando, hasta llegar a mi ano, donde empezaste a jugar con él con tus dedos mayor e índice, pues mi culito había quedado bastante dilatado por la cojida que me había hecho S.. Me metiste los dos dedos y me cojías suavemente con ellos, hasta que me dijiste:
    
    -- "Mi putito, abrite bien de piernas", a lo que accedí de inmediato.
    
    Al abrirme de piernas, me hiciste doblar las piernas, pusiste en tu boca mi pija, empezaste a jugar con ella dentro de tu boca, una vez, dos veces, luego fuiste subiendo besándome el ...
    ... ombligo, y seguías subiendo, por lo que tus hombros se apoyaron en mis aductores quedando mis piernas "enganchadas" en tus hombros y se fueron levantando, cada vez que seguías subiendo, y cuando llegaste a poner tu cara sobre la mía, empezaste a besarme nuevamente. Mis rodillas estaban casi sobre mis hombros y el resto de mis piernas sobre tu espalda, quedando mi culito, enteramente despejado, a tu entera disposición. En ese momento, agarraste tu pija con tu mano derecha y me dijiste:
    
    -- "Mi putito, agarrame la pija, llevátela hasta tu culito, y cuando esté sobre él, avisame así te la meto despacito hasta el tronco".
    
    Eso hice, agarré tu hermoso pedazo, lo acerqué a mi culito y te dije: --“Ya está… metémela toda de una buena vez”.
    
    De a poco, me fuiste poniendo tu hermoso y calentito pedazo. Primero la "cabeza", empujabas un poquito más, y me metías hasta la mitad de tu pija, y finalmente empujaste fuertemente hasta lo más profundo de mi ser, no dejando ni un solo centímetro de tu pija fuera de mi culito. Y empezaste a cojerme, suavemente primero, hasta llegar a un clímax que me cojías salvajemente. ¡¡Qué goce!! Sin palabras. Mientras nos besábamos, me cojías más y más fuerte. Delicioso.
    
    En eso se acerca S., nos ve cojiendo, se calienta otra vez y se acerca hacia donde yo estaba, se arrodilla en el suelo, y también me empieza a besar. ¡¡No te hacés una idea, de lo que fue sentir dos lenguas de dos machos hermosos dentro de mi boca!! Y ahí se me ocurrió que después les ...
«12»