1. Vecinos salidos


    Fecha: 10/05/2018, Categorías: Gays Autor: pablo95, Fuente: CuentoRelatos

    ... cerca así que las juntamos. En ese momento de tener una al lado de la otra y tan cerca fue cuando empezó realmente la parte más morbosa de la experiencia.
    
    Estaban juntas, enfrentadas, y sin quererlo, pero de forma intencionada, en definitiva, se tocaban. Entonces yo le dije que si realmente la tenía dura y se la toqué. Bueno, se la agarré. Yo esperaba que se molestase y me dijera que parara, pero yo viendo sus intenciones supongo que en el fondo lo estaba buscando y podía ser un comienzo para tener sexo. Para mi sorpresa él no se resistió incluso parecía que le gustaba que se la agarrase así que empecé a pajearle lentamente. Él me respondió e hizo lo mismo con la mía. Como si nunca hubiera visto una, comenzó a jugar con mi prepucio viendo si podía cubrirme totalmente mi capullo para luego soltar y dejar que saliera nuevamente. A mí eso me excitaba mucho. Cada vez se iba poniendo más morbosa la situación.
    
    Tomando yo la iniciativa le pregunté que si quería que nos hiciéramos una paja mutua y a la vez ya comencé a pajearle yo. Él se reía como contento porque se cumplía un deseo suyo. Desde el principio se notaba que por el hecho de enseñarme la polla y de querer comparalas le ponía eso y quería hacer algo más. Él hizo lo mismo con la mía. Al final acabamos agarrando uno la del otro ya sin timidez como compitiendo por ver quien se correría antes. Yo estaba más empalmado y excitado que él por lo que supuse que me correría primero. ...
    ... Cuando vi que no podía aguantar más deje de pajearle y le dije que ya iba a correrme, que iba a lanzar mi leche. Le agarré su mano que estaba en mi polla y le ayudé a acabármela, tirando mi leche al suelo. Luego se la acabé yo. No se corrió mucho de forma que su leche se quedó en mi mano derramándose poco a poco, sin apenas lanzar ningún chorro. Mientras nos limpiábamos seguimos mirándonos la polla el uno al otro y riendo con complicidad por lo que acababa de pasar.
    
    Así acabó la experiencia. A día de hoy nos seguimos viendo, aunque no tenemos amigos comunes, ya que en realidad me llevaba bien con él porque éramos vecinos de una comunidad muy pequeña y necesariamente me relaciono con él. Nos seguimos hablando y quedando para charlar de vez en cuando. Nunca hablamos de eso. Ni siquiera en los días siguientes. Fue como un calentón que los dos recordamos, pero supongo que, por complicidad, y como si leyéndonos la mente, ambos estamos de acuerdo en no contarlo. Ambos somos heterosexuales (o podríamos decir que bisexuales) y eso lo consideramos una noche de morbo en la que dos chavales hormonados decidieron cumplir por una vez el capricho de satisfacer sus necesidades y deseos más escondidos. Es por esto que, aunque no tuvimos sexo como tal, sólo por el hecho tan morboso que supone liberar un deseo sexual y encontrar una situación en la que se pudo llevar a cabo, esta experiencia es una de las mejores y más excitantes que me han sucedido. 
«12»