1. Colegiala


    Fecha: 11/05/2018, Categorías: Jóvenes Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Hola me llamo Clarita porque es así como todo el mundo me llama. Iré directa al grano, soy una chica rubia, pelo largo, ojos verdes pardos, mido 1,62 y mis medidas son de 90-55-90. Dicen que tengo cara de viciosilla, pero eso me gusta. Siempre me ha gustado ver y leer comics de sexo duro, revistas porno, películas y todo lo relacionado con el sexo. En internet me vuelvo loca en las páginas de sexo y esta es la historia que os quiero contar de mi, de una de las muchas aventuras que he tenido últimamente. Llevaba tiempo pensando en hacérmelo con dos negros a la vez, lo deseaba, por culpa de un comic que vi una historia que me excito mucho. Deseaba hacer lo mismo que la protagonista y follar con dos chicos negros bien dotados, pero ¿cómo encontrarlos?
    
    Las casualidades de la vida quiso que tal fantasía se me pusiera en bandeja más pronto de lo que yo pensaba al principio. Los chicos en cuestión no eran tan chicos, digamos que eran de unos 40 años pero los tíos estaban como dos armarios empotrados. Nada más verlos pensé que ellos serían los elegidos para el festín que quería hacer.
    
    Dos horas después los tenía en mi casa, en mi humilde habitación para mí sola. Estaba totalmente desnuda y los dos hombres se empezaron a desnudar ...
    ... delante mio para verlos bien. Tal fue la sorpresa que pensé salir corriendo de mi habitación, las pollas eran descomunales, contundentes. Los negros empezaron a menear sus miembros y aquellas vergas no paraban de engordar. Por curiosidad cogí un metro de costura y se las medí una vez estaban bien duras, que no tardaron mucho al notar el contacto de mis pequeñas manos en su piel. La del más guapo medía 27cm y era 9 de grosor, era enorme. La del tío de cara de mala hostia, medía 32cm y 12 de grosor...esta era como la de un caballo, daba miedo verla. Pero lejos de cortarme me entregué a los dos hombre como lo que soy una puta en celo y que nunca se sacia. Mi cuerpecito pequeño se mezclaba con la orgía de músculos brillantes que se desprendían de los dos mastodontes negros. Comencé a gritarles que me mataran de placer, que me follasen por donde quisieran. No se si esto les excito tanto, pero lo que se es que los dos se lanzaron como posesos hasta mi, sin dejarme ni un momento, me follaron a lo bestia, desgarrando mi ano y mi vagina un monton de veces. Tragando su leche caliente y abundante con la que deseaba bañarme y ahogarme si fuese preciso. Soy una puta sí...una puta de las de verdad, por eso necesito hombre de los de verdad.... 
«1»