1. La imprenta de Ricardo


    Fecha: 12/05/2018, Categorías: Sexo en Grupo Autor: marianella, Fuente: RelatosEróticos

    ... también derramo sobre su cuerpo gotas de eso para que su amante sorbiera….. yo tome las fotos.
    
    Pero cuando el dijo, mirándome, ahora bebe tu…. Tomando mi cámara, no dude, y me acerque a la diosa, que me regalo una sonrisa cómplice.
    
    Flor mojo con el champán sus senos, y yo me di el primer gustazo, saboreando el licor y aquellas fabulosas tetas de la mujer de mi patrón que hacían figurar por su amante.
    
    Pronto la cosa fué a mas, y yo ya casi no sacaba fotos, pues estaba casi completamente dedicado a lamer su cuerpo caliente y húmedo, por la bebida y por sus jugos.
    
    En ese recorrer, pase por sus nalgas, lamí su hermoso culo, y busque su rajita jugosa. Aquellos labios también hacían juego con su boca, eran carnosos, y estaban semiabiertos.
    
    Le lamí el clítoris, que era un gusanillo enorme, muy duro y que permitía darle lengüetazas enérgicos. Eso provoco que ella comenzara a gemir, contornearse y dar pequeños grititos.
    
    Mi patrón se puso en calzoncillos, y ella fue la encargada de ayudarme a quitar la ropa.
    
    Pero me bajo el slip, sorpresivamente, dejando mi pedazo al aire, que como un fierro húmedo quedo expuesto como el tesoro que ellos estaban buscando, para regalar a la dama.
    
    Sabia, que sucedería, porque ella en un ágil movimiento, se arrodillo y tomo mi pija con sus manos, haciendo un movimiento envolvente que fue el prologo de cualquier paja bien hecha.
    
    La colchoneta doble que hacia de cama, vibro con mis temblores, cuando ella se metió la punta de mi ...
    ... cosa en la boca.
    
    Ya estábamos los tres completamente desnudos.
    
    En mis fueros íntimos, hubiera preferido que solo estuviéramos ella y yo, pero, el que me estaba haciendo el regalo, también se merecía presenciar lo que obsequiaba.
    
    El se inclino detrás de ella, abrió algo mas sus piernas y comenzó a chupar aquella conchita que yo había abierto con mi lengua. Allí parado, yo observaba las acciones, que iban con un rumbo cierto, pues ella me estaba mamando y yo estaba por explotar, el la tenía en cuatro, y mientras ella revoloteaba con su cuerpo, sacudiendo y mostrándome su cuerpo hermoso, yo pensaba, que si mi jefe quería que le cogiera su mujer, ya estaban dadas las condiciones.
    
    Así que con suavidad, le retire la cara de mi pija, la tome de las tetas, para aprovechar a pellizcar sus duros pezones, y comencé a girarla. Eso hizo que el saliera de su posición, y ya que estaba tendido, ella se le fue con su cabeza sobre su sexo.
    
    Seguí girándola, hasta tener su trasero frente a mi.
    
    Separe sus piernas, y ella movió la colita, dejando ver entre aquellos muslos, su conchita húmeda, carnosa pero abiertita.
    
    Era el momento, y hacia allí dirigí mi fierro candente.
    
    Las chupadas que le habíamos dado a su conchita, y la mamada que ella me había prodigado hicieron que los jugos lubricaran aquel ataque.
    
    Pero tuve una precaución, la de mirar a mi patrón, a los efectos de saber que tarea debía realizar esa tarde de sábado.
    
    Fue una orden sin palabras, una orden que ya ...