1. Ella re zarpada y yo virgen


    Fecha: 13/05/2018, Categorías: Infidelidad Autor: ámbar coneja, Fuente: CuentoRelatos

    ... mujeres. Ya adentro me dijo con cara de super putita: ¿trajiste mi bombacha?
    
    Con la mano se subió un toque la falda y me mostró que no tenía nada. De a poco se me acercaba, y yo super tieso. ¡por Dios, qué excitación! Me hizo chupar el mismo dedo que me trasladó hasta allí después de pasárselo por la concha. Era demasiado para mí. Con esa misma manito me desabrochó el jean. Estaba muy lleno, así que apenas me rozó la punta de la pija acabé en ella. Me miró sorprendida lamiendo mi leche de entre sus dedos, y luego se dio media vuelta para entrar al baño. ¡Me dejó re hinchado y loquito!
    
    La semana siguiente me dio su número de celu. Esa tarde no soporté la ansiedad y la llamé. En mi casa estaban construyendo, y mis viejos andaban distraídos con eso. Así que le dije que se viniera a mi casa, porque en la suya había visitas. Cuando llegó fuimos a mi habitación, y después de jugar un rato con la compu, de la nada empezó a subirse la remera y a bajarse el corpiño para que sus gomas suban mis pulsaciones a mil.
    
    ¿Te gustan?, preguntó, y siguió jugando a la vez que yo intentaba disimular mi erección. Al rato, la muy zarpada se me tiró encima. Me contó que andaba noviando pero que yo la calentaba mal. Tenía una remera escotada y una calza re apretada que se le mojaba, y eso lo supe cuando metió de prepo mi mano en su ...
    ... entrepierna. ¡Para tener esa edad se carga mansas tetas!
    
    Volvió a preguntarme por su bombacha, se paró a mi lado, se bajó un poco la calza y me mostró que de nuevo no traía nada. De paso le vi el matorral de pelos que no me dio asco ni nada, mientras se pegaba en la cola.
    
    Otra vez me puso al palo apenas se me subió como antes, porque noté que tenía mucho olorcito a pis, y hasta su baranda a cigarrillo que nunca me gustó en una mujer me empalaba. Se franeleaba toda contra mi verga, gemía agitada, me daba unos besos calientes mordiendo mis labios, me apretaba el pito con una mano y me decía: ¿me la querés poner toda pendejo. Te gustan mis tetas, te pajeás pensando en mí, me vas a devolver la bombachita?
    
    Yo estaba en la gloria, pero no podía mandarme ninguna porque estaba toda mi familia en la casa. Incluso mi hermano que siempre se burló de mi virginidad. Pero me acabé encima dos veces. Una cuando se bajó la calza y la otra mientras la tenía en brazos moviéndose imparable, mordiendo mi cuello ya sin remera ni corpiño.
    
    ¡Estuvo de puta madre, y me la quiero coger ya! esa tarde no pasó porque su madre la empezó a densear por celular para que vuelva a casa. Después de esto no me importa que esa rapidita calentona tenga sea la novia de un amigo de mi primo. No voy a parar hasta culearla por más que me mate la timidez.
    
    Continuará. 
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