1. Mi tío y sus amigos (1)


    Fecha: 14/05/2018, Categorías: Incesto Autor: antonella.tripl, Fuente: CuentoRelatos

    Me llamo Antonella y la historia que estoy por contarles de seguro a más de alguno lo pondrá cachondo.
    
    Siempre he sido una tía muy caliente, a la que le encanta tener sexo descontrolado y sobre todo con hombres mayores que yo. En la actualidad tengo 20 años y estoy más sexy que nunca, mi cuerpo es espectacular (amo ir al gimnasio) tengo un buen culo y también unas buenas tetas, como se pueden dar cuenta soy egocéntrica y no me importa en lo más mínimo, pues así he conseguido todo lo que he querido en esta vida. Por supuesto, también soy superficial, me gustan los hombres musculosos y peludos, si tienen barba mucho mejor; para qué hablar de su verga, mientras más grande y gruesa mejor.
    
    Pero vamos al grano... hace unas semanas atrás conocí por primera vez en mi vida al hermano de mi mamá, quién vivió en Argentina por 20 años. Cuando llegué a casa y escuché unas voces que provenían de la cocina, sólo pensé: "A quién se estará follando esta zorra ahora?, de seguro es un pendejo insoportable como todos los otros" (siempre que van hombres a la casa es porque alguna de los dos se lo está o quiere follar). Sin embargo, cuando entré a la cocina solo pude ver a este hombre desconocido que cumplía con todos mis estándares, era alto, musculoso, moreno y peludo, así que con mi mejor cara y sonrisa dije hola y pregunté quién era. La sorpresa, evidentemente fue desmedida cuando supe que era mi tío, y no pude dejar de pensar en cómo me gustaría estar saltando en su verga ahora mismo, ...
    ... pero claro, somos familia y la familia no folla entre sí.
    
    La sorpresa aumentó cuando mi mamá me contó que mi tío (que se llama Emilio), iba a vivir con nosotros por un par de meses mientras encontraba un lugar donde vivir. En principio esto me desagradó un poco pues no estamos acostumbradas a tener que lidiar con un hombre en la casa, pero bueno, yo no soy quien manda en esta casa.
    
    Por costumbre, unos días más tarde cuando desperté me puse unas pequeñas bragas con una polera blanca de tiritas, y salí a tomar el desayuno a la cocina aún con sueño pues la noche anterior había salido de juerga. Entre en la cocina, avancé por inercia hasta el refrigerador, saqué una botella de leche y bebí directamente de ella derramando un poco en mis tetas, y cuando me di la vuelta para sentarme en la mesa veo que estaba mi tío sentado comiendo su desayuno sin quitar sus ojos de mi cuerpo. Avergonzada, le dije buenos días y me senté junto a él, el desayuno estuvo bueno, me preguntó que hacía después y le dije que iría al gimnasio con mis amigas, a lo cual respondió que tenía que unirse a un gimnasio acá en Santiago también, así que iría conmigo. Cuando me levanté de la mesa, pude sentir como me perseguía con sus ojos sobre mi trasero, el que por supuesto moví un poco más exageradamente (lo zorra se lleva en la sangre).
    
    Con el pasar de los días la relación se hizo mucho más cercana y conversábamos de los más variados temas, incluso me llegó a preguntar por mi vida sexual, ante lo cual mi ...
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