1. Si algo va a salir mal, invariablemente saldr&aacu


    Fecha: 17/05/2018, Categorías: Anal Hardcore, Masturbación Autor: AnaLu, Fuente: xHamster

    ... para facilitarlo...Mi pelvis seguía acompasadamente sus movimientos y entré en un estado de éxtasis, al borde del orgasmo.Entonces realizó un movimiento y acercó una almohada, indicándome que la usara de apoyo para mis caderas. La ubiqué donde debía y casi estuve a punto de rogar que no se detuviera más, por ningún motivo...Todo mal...Cuando creí que todo estaba perfecto y el final esperado se acercaba...apoyó la cabeza de su pija en mi ano y con un empellón pretendía meterla, mientras repetía "¡Ahora te voy a hacer felíz! ¡Vas a ver lo que se siente tener un macho como yo!"Intenté salir de esa posición, pero su peso y mis manos sujetas me lo impidieron, pero cuando hizo su segundo intento, el dolor indescriptible que sentí me llevó a gritar y retorcerme hasta zafar de su prisión...Todo el malestar, la rabia, la bronca de algunos momentos antes regresaron multiplicados.Creo que de verdad se asustó, porque trató de calmarme con palabras dulces, pidiendo disculpas, rogándome que lo dejara abrazarme...prometiendo no obligarme a hacer nada que yo no quisiera."¡De ninguna manera!", le respondí...y no sé cuántos insultos salieron de mi boca seguidamente. Busqué mi ropa, me vestí y salí corriendo con las sandalias en la mano...Tuve que caminar (correr, trotar) muchas cuadras para llegar a mi casa, a la seguridad de mi habitación. Aterrorizada como estaba, solo atiné a ir al baño y quedarme bajo la ducha más de cuarenta minutos, ...
    ... acurrucada, sentada en el piso.Cuando recobré la cordura y me tranquilicé un poco, terminé de bañarme enjabonándome tres veces, como si el jabón pudiera lavar el mal momento pasado.Ya acostada, tardé una eternidad en quedarme dormida. Mi mamá me despertó (nunca necesitaba hacerlo) casi sobre la hora de ir a la facultad, angustiada, imaginando alguna enfermedad. La tranquilicé mintiendo sobre que había tomado unas cervezas de más, pero que ya estaba recompuesta.Cumplí con mis actividades diarias de manera automática: Mi mente no lograba despejarse del todo y así pasé la mañana y la tarde.Acostada en mi cama, decidí no dejar que esa mala experiencia me siguiera afectando. Siempre disfruté del sexo y no dejaría que eso cambiara.Con esa idea en la cabeza, me desnudé y saturé con mi perfume predilecto. Delicadamente inicié el rito sagrado de obtener placer por mi misma, recorriendo y reconociendo con mis manos cada parte de mi cuerpo, en especial aquellas de mayor sensibilidad.Humedeciendo los dedos de ambas manos, con unos acariciaba mis pezones y con los otros...fui al encuentro de mi centro máximo de sensaciones, comenzado por mi clítoris.Aumenté el volumen de la música y entonces sí: Con dos dedos dentro de mi vagina y el pulgar estimulándome el botoncito glorioso, con movimientos cada vez más urgentes, la excitación dio paso al clímax...y éste a un orgasmo frenético, estertóreo, entre convulsiones y gemidos sin control... 
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