En el auto
Fecha: 19/05/2018,
Categorías:
Sexo oral
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Era un viernes por la noche, un viernes caluroso a pesar de haber llovido, un viernes de verano sin duda, de esos días en que la tarde y mañana hace un sol insoportablemente irradiante sin nubes, y al final como si tratara de recompensarnos, caía una lluvia efímera pero abundante para de nuevo comenzar el calor.
Como espejos oscilando, los charcos dejaban ver las sombras de edificios y las luces de la ciudad, de manera esporádica los autos pasaban y distorsionaban las imágenes formadas en ellos. Era más de las 9:00 de la noche, me encontraba caminando con la gracia de una chica tratando de evitar los charcos para no mojarme los pies, la calle se encontraba alumbrada tenuemente por el alumbrado público, había sido un día pesado en la escuela, iba exhausta rumbo a mi hogar, vestía un short ajustado y una playera fresca, calzaba converse azules. Sin duda gracias a la lluvia me había retrasado, a lo lejos un auto se escuchaba, poco a poco su motor compacto se escuchaba más y más cerca, volteé un poco la cabeza hacia un costado para mirar, el auto venia en la misma dirección que yo, lentamente comenzó a detenerse y exactamente a lado mío se detuvo, era un Honda fit gris, sus cristales negros reflejaban mi sombra obscura y poco clara por la tenue luz amarilla del alumbrado, el cristal más próximo a mi comenzó a bajar dejando ver el interior apenas visible por las pequeñas luces led del auto-estéreo, una silueta apenas visible de una persona se proyectaba en el lado del ...
... conductor, en el auto solo había una persona.
--Buenas noches, una pregunta, ¿hacia dónde se encuentra la Avenida central? --exclamo amablemente una voz de un hombre adulto.
--mmmm como a 3 cuadras, luego doblas a la derecha, manejas de frente hasta encontrar el semáforo y esa es la avenida-- conteste.
El hombre volteo hacia enfrente como si pudiera ver el camino a seguir, luego volteo a verme, volvió a voltear, tardo unos segundos y volteo a verme diciendo.
--¿Hacia dónde vas?, la verdad ando perdido, te molestaría si me indicas por donde, te dejo donde tú me digas, claro si vas hacia la misma dirección sino no te preocupes—
Tal vez fue su voz, la amabilidad con la que hablo, la noche cálida, o algo que no se, que me hizo aceptar su propuesta, asenté con la cabeza, estiré el brazo hacia la manija de la puerta del copiloto, antes de que mis dedos tocaran su objetivo, la puerta emitió un sonido mecánico, abrí sin problemas la puerta.
--Buenas noches, mi nombre es Julio, me indicas por donde, vale--dijo el hombre mientras me sentaba en el asiento del copiloto y me colocaba el cinturón de seguridad.
El auto comenzó su andar, el interior estaba obscuro, su ambiente era ligeramente templado pero confortable, mientras avanzaba el auto, las luces de alumbrado pegaban una y otra vez por nuestros cuerpos, dejándonos ver por instantes antes de que de nuevo la obscuridad nos invadiera para después esfumarse de nuevo con la siguiente luz que se proyectaba de la cintura hasta ...