1. El secreto de Hugo (su padre)...


    Fecha: 19/05/2018, Categorías: Gays Tabú Autor: renovatio111, Fuente: xHamster

    ... muy corto. La cara morena estaba adornada por una barba descuidada de no haberse afeitado hacía algunos días. Su brazo derecho iba recorrido por un tatuaje de principio a fin, de colores verde, rojo y negro que iba hasta su pecho, haciendo la forma de su cuello y que se dejaba ver a través de una camiseta sudada de tirantes completamente dada de sí. Llevaba un pantalón corto de Adidas, con las clásicas líneas un poco sucio de polvo, zapatillas deportivas de correr.“No, hombre no, ahora que estáis aquí, dejarla en la cocina. ¿Tenéis que instalarla?” les pregunté haciéndome el interesante.Se miraron entre ellos con caras divertidas: “Claro”, señaló el primero, Raúl, dejando claro que ahí mandaba él, “claro que tenemos que instalarla”.“La cocina está ahí delante, hay que quitar la vieja y sacarla a la galería de detrás y poner esta” les ordené. En mi casa mando yo. Pensé que si mi padre lo veía cuando llegara de trabajar y estaba todo listo, se llevaría una alegría. Voy a vestirme y bajo a ayudaros si queréis.Para cuando encontré unos pantalones de deporte y volví a la cocina, ellos ya sacaban la lavadora vieja a la galería de detrás. Justo pegando a la cocina. La galería nos servía de cuarto de desahogo en casa y estaba llena de cajas, la secadora, la tabla de la plancha y un cesto con la ropa sucia. Tenían dificultades para pasarla por el marco de la puerta. Intentaban meterla pero se les quedaba encajada. Me acerqué sin hacer ruido mientras maniobraban en la puerta que da ...
    ... a la galería.¿Os ayudo? - dije mientras me acercaba. A su lado parecía un criajo. Probablemente ambos eran el doble de anchos y notablemente más altos que yo. Inspiré una bocanada cachonda del olor a sudor que empezaba a concentrarse y que me recordaba al vestuario gimnasio, ese olor cargado a testosterona, sudor de macho, olor a pelotas y axilas que se queda pegado en la nariz, pero que no es ni muy fuerte ni muy desagradable. El olor típico de los machos jóvenes que están todo un día de verano cargando muebles y electrodomésticos y que sudan como cabrones con el calor que hace.“Vale,” dijo Raúl sonriendo a mi ofrecimiento de ayuda, mostrando una boca perfecta, con labios gruesos y mirada de chico de barrio, con los dientes blancos perfectamente colocados. “Ponte ahí y levanta desde abajo con nosotros” ordenó señalándome un lateral de la lavadora, justo el lugar donde estaba su compañero intentando levantarla. Le sonreí ligeramente y me coloqué obedientemente justo donde me dijo mientras su compañero me hacía sitio.El de detrás de mí se puso a mi alrededor muy pegado. A la de tres. Una... dos... recitó el que tenía delante, quien me había indicado donde colocarme. Yo tal y como estaba, agachado, me levanté cuando intuí que iban a decir tres. Así que levante un poco la lavadora y presioné mi espalda contra el pecho del que tenía detrás. Qué situación tan poco masculina, pensé. Iban a creer que era marica. Se hizo un silencio incómodo y Raúl nos ordenó que la volvíeramos a ...
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