Sexo en un concierto
Fecha: 21/05/2018,
Categorías:
Grandes Relatos,
Autor: Penegrande, Fuente: CuentoRelatos
... apretarla, esa sensación de mujercita indefensa a punto de sentir mi calor, me excitaba
Fui discreto al inicio, pero luego no había forma de controlarme, el bulto de mi pene estaba bien crecido y ahora era yo quien intencionalmente fingía que me habían empujado para aplastárselo en su poto.
Estuvimos un buen rato así, mi pene quería salir de ahí y bombearle leche en su culito peladito, deslicé mis manos por su chompita delgada y apreté sus tetas sobre su brazier aprovechando que la gente estaba más atenta en el concierto. Ella me dejó seguir.
El manoseo se hizo intenso, mi pene estaba supercaliente y goteaba por dentro, los besos en su cuello no faltaron y nos dimos un beso apasionado.
Yo esperé que terminara el concierto para llevarla a algún lado, pero no pasó así, salimos intencionalmente antes de que terminara y nos escondimos en un lugar oscuro entre el estadio y la salida. Noté que era aún inexperta besando, pero mis besos salvajes hicieron que sintonizara conmigo, cogí su mano y la puse en el bulto de mis pantalones, intentando hacerle conocer al monstruo que ella había despertado, ella se excitó más, la di la vueltita mientras ...
... le cogía de la cintura, y le susurré, quítate los pantalones, mirando a ambos lados lo hizo con un poco de ayuda mía. También saqué mi herramienta que latía de excitación y bastante húmeda también.
Rocé varias veces mi pene sobre su vaginita como cuando un tigre juega con su presa antes de comer, estaba remojada la condenada y ahí fue ingresando mi pene grueso, en esa vaginita apenas estrecha y húmeda.
Ahí parados, la cogí de la cintura y la pegaba a mi pene, fuerte, insano, sin piedad. La punta de mi pene estaba hinchadaza y el calor de esa mujer alimentaba más mi deseo. El frío la noche ya no lo sentíamos, éramos dos sujetos ardiendo de deseo en ese momento.
Lo cogía parada mientras mis manos apretaban sus pechos nuevamente, esta vez metidos debajo de su brasier. Sus tetas estaban tibias y erectas, me imaginaba que eran rosadas por su color de piel.
Luego de unos minutos intensos, descargué mi lechecita en toda su vaginita, mi pene latía y se contraía fuertemente expulsando su líquido lechoso.
Nos vestimos como pudimos aún sudados y sucios y nos despedimos de la mejor manera. Ir sólo a un concierto, fue la mejor experiencia que tuve.