1. El Baldío y El Mirador. 6ª parte.


    Fecha: 23/05/2018, Categorías: Sexo con Maduras Autor: sexigaleno, Fuente: SexoSinTabues

    ... jeringa, por eso grité!, y ahorita me siento como inflamadita de la conchita, ¡pero estoy bien!, >>> que bien que no te duela, también es porque no entre mucho en tu conchita, ¡sólo cómo la mitad de mi pene!, es que, ¡cómo estas nuevecita llevara unas cuantas sesiones de sexo!, para que tu estrechez de pre-adolescente se vaya ampliando y aceptando cada vez más carnita mía, dentro de ti, >>> sí yo también he leído eso de que una se tiene que acostumbrar a los penes de los hombres, ya que varían de tamaño y de grosores, ¡pero el tuyo está muy bonito!, me gusta así, entre gruesito, delgado, y medianito, ya que algunos de los que he mamado antes, uff, me parecen feos, olorosos a meados y arrugados del cuerillo, ¡y el tuyo está bien hermoso!, cómo me lo describió Miriam y Liliana, >>> ¡qué cosas dices Jacqueline de mi pene!, pero bueno me siento con orgullo, de que les guste lo mío, cómo es, ¡y lo que les hace en sus tiernas pepitas!, pero mira de estarte escuchando, ¡ya se me erectó otra vez!, todavía tenemos 45 minutos, antes de que regrese Jenny y las demás, ¿no quieres probar otro ratito?, >>> bueno, pero sólo un poco y que sea parados los dos, ya que así, ¡es más rápido bajarme la falda y tu subirte el short! Oye Marvin, ¿Qué te parece si probamos mis nuevas evoluciones de hawaiano?, pues no sería mala idea, ¡aprovechando que estamos solos!, pues deja subirme al banquito, ¡espera ya me subo mi faldita!, , , ¡ven pégate a mi conchita, para que sientas!, ¡así como un niño que ...
    ... le dicen ven por tu postre!, me ubiqué frente de ella, para comenzar a sentir movimientos, que ondulando su estómago y a la vez alzando su pelvis a ritmo lento, pero continuo, ¡lo que hacía, y por los roces de nuestras partes!, mí pene fuera ganando erección ya que sentía punzar la rajita divisoria de sus labios vaginales externos, por lo que bajé mi mano a acomodar mi glande entre esa breve panochita y con facilidad iba resbalando entre su entrepierna, para salir mi miembro bajo sus nalguitas blancas, pero a la vez sentía sus movimientos que sin parar me obsequiaba y me mojaban el tronco de los jugos de ambos, del anterior encuentro y que minutos antes habíamos sostenido, mientras mis manos abarcaban ese pequeño par de nalgas que puntudas las sentía y masajeaba sin apretarlas, ya que estaban duras, firmes y lizas, en eso me dice excitada, ¡ahora por atrás, llévame a recargar a la mesa!, su pedimento al instante fue concedido, puse el banquito para que se subiera y sus manos las recargaba en las esquinas de esa mesa de madera dura, yo por atrás de ella, me di a poner mi falo, que en contracciones presionaba por atrás su vulvita y que ella levantaba a modo de que yo la friccionará con la punta de mi glande, mientras empujaba firme, ella alzaba su redonda colita, que por la posición se veía como una manzana sobre algún frutero, esa visión para mí era lo máximo, por lo que me di a besar su espaldita, logrando ir bajando por su espina dorsal desde su primera cervical, hasta llegar ...
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