1. PAREJITA QUE SE ANIMO AL CUCKOLD


    Fecha: 24/05/2018, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... mirar hacia afuera o hacia los sillones dobles de cuero tipo sofá, que estaban de frente a como se había acomodado. Son 3 mesas de asientos dobles de ese tipo que están cuando uno entra sobre la derecha del bar y dos estaban ocupados, (el bar tiene estas 3 mesas de asientos dobles, 2 mesas con sillas para 4 personas, más 3 mesitas con sillas para 2 personas en el salón), por lo que no nos quedó más alternativa que ir hacia el que estaba vacío, justo el del medio, quedando casi de frente a S y a escasos medio y medio de donde él estaba. M y S cruzaron miradas y yo traté de no hacer contacto visual, pero vi una sonrisa de S y un guiño de ojo. M estaba en pleno contoneo de caderas y desplegaba la más elocuente representación de mujer fatal ante los concurrentes (y el propio S), con esa maliciosa media sonrisa dibujada en la boca, yo la traía de la cintura, que solté al llegar a la mesa para que pase hacia el lado de la pared y yo ubicarme a su lado. S sorbía su vaso y miraba alternativamente hacia afuera, la barra y a nosotros. no era el único, un tipo desde la barra, el hombre de una pareja que estaba en la mesa doble de adelante de la nuestra, y una mesa entera de 3 hombres ubicada casi al lado de la barra (al fondo del salón), no perdieron detalle de cada paso y cada movimiento de M desde que entró hasta que se sentó y ahí ya perdieron la posibilidad de verla, por como estaban dispuestas las mesas. M estaba disfrutando esa especie de devoción que despertaba en el lugar, su ...
    ... sonrisa era amplia y sus expresivos ojitos marrones brillaban, achinaditos (cuando se calienta los achina más, y más), ya venía entonada del viaje y esto se iba poniendo mejor. Pedimos unas bebidas y me dice “No sabés como me está poniendo esto de estar sin la tanga, tengo la costura metida hasta los ovarios y el roce con mi botoncito me está mantando. debo estar toda mojada”, sin decir palabra giré hacia ella, bajé la mano y la calcé desde la pelvis hasta el culo (tengo manos grandes y dedos largos), realmente estaba muy húmeda, pero imposible saber cuanto y si se le notaría al levantarse. Subí la mano y me chupé el dedo medio, pasándoselo después a ella por los labios, en movimientos que podían parecer simples mimos para quien viera, menos para nosotros. y para S que estaba ya acomodando su paquete viéndonos. Otra vez a besarla, pero esta vez dulcemente, disfrutando el olor de su perfume (no logré identificarlo aunque soy bastante bueno en eso), la textura de su lengua y la carnosidad de sus labios, caricias inocentes en cintura y hombros, cara y pelo. Ella solo acariciaba mi barbilla y cuello y se dejaba hacer, suspiraba cada vez más profundamente, sus ojos destellaban y se movía muy despacio -casi imperceptiblemente- su cadera. se estaba pajeando con la costura del jean. Cuando vi venir el pedido, la solté separándome, y le susurré al oído “Chorreá tranquila bombón, en un rato te la lavo con la lengua”. me miró fijo, con esa expresión de desafío inigualable, esos ojitos ...
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