MI mejor noche de hotel
Fecha: 22/09/2021,
Categorías:
Hetero
Autor: Legasex, Fuente: CuentoRelatos
... “Pues todavía queda lo mejor”, dijo ella, con una sonrisa que prometía el paraíso.
Me tumbó en la cama y nos abrazamos, tuvimos un momento muy romántico uno en el hombro del otro y nuestros cuerpos desnudos entrelazados.
La cosa fue surgiendo entre besos y más caricias, estábamos muy excitados, cada vez más el roce de los cuerpos hacía que retozáramos más. Acaricié sus muslos, percibiendo el calor que salía de su piel, para luego subir hacia sus nalgas que también acaricié llegando justo donde le gusta.
Me puse detrás de ella y acaricié sus pechos, pellizcando los pezones que destacaban por lo duro que estaban; pudiendo apreciar la suavidad de esos montículos de placer. Hice que se tumbara y me puse encima, besando y pasando mi lengua por su cuello mientras mis manos acariciaban sus pechos. No paraba de besarla cuando decidí bajar con mi lengua a sus pechos y mis manos a su sexo, estaba húmedo y calentito, justo como a mi me gusta, pero tenía que seguir bajando, sin mas mi lengua recorrió su abdomen y llego a meterse entre sus muslos. Esos labios inferiores perfectos, ese clítoris muy duro hacía que mi lengua se recreara más y se volviera loca con movimientos circulares en él.
La miraba a los ojos y estaba con esa cara de deseo que tanto me gusta, empecé a penetrarla con dos dedos, sus gemidos y placer iba a ...
... más, jugaba con sus pechos y me pidió que la penetrara. Fue fácil entrar, su sexo estaba muy húmedo y dilatado, agarré mi pene con las manos y empecé a darle golpes pequeños en su sexo hasta entrar solo con la punta para luego, de repente, entrar como una bestia dentro de ella para poseerla. Mis movimientos se acompasaron a sus gemidos, ella agarró mi cintura con sus piernas y mis manos a cada lado de la almohada donde estaba recostada. La presión nos hizo comprobar el aguante que tenía el colchón, porque la pasión era máxima.
Cambiamos de postura poniéndose encima, sujetando mi miembro y dejándose caer de golpe. Ese movimiento circular, moviéndose como alma que lleva el diablo hacía que sus pechos se movieran y me excitaran más, tanto que tuve que dejar de darle azotes para agárralos y pellizcarlos. Mi amazona no paraba de follarme hasta llegar al orgasmo, su corrida fue monumental, sus fluidos resbalaban por mis testículos a la vez que hizo que yo también me corriera de forma abundante.
Dejándolo dentro de ella, se tumbó encima de mí y nos fundimos en otro apasionado beso hasta que la sacó de dentro de ella, nos pusimos uno junto al otro, sudando y besándonos.
Pero ese día, era nuestro y no fue la última vez que nos lo hicimos, continuará…
Gracias por sus minutos en leerme, comenten o puntúen, eso me hace feliz.