Una negra chupando mi polla blanca... - Relatos Eróticos

Una negra chupando mi polla blanca...

... el líquido preseminal brotando de su boquita, tosiendo me empezó a pajear... entendió lo que acaba de pasar, entendió que tiene que ser obediente y hacer lo que yo le diga, que para eso he pagado, para que sea sumisa y para que me dé el máximo

placer posible...

Después de recuperarse volvío a comerse mi polla, ahora ya sí, con dificultad pero ella solita, la tragaba hasta los huevos, chupando fuerte y apretando bien los labios, a veces le daban arcadas pero obedientemente seguía moviendo la cabeza sobre mi falo, era muy placentero porque ahora no sólo lo hacía bien sino que además lo empezó a hacer con dedicación y sacrificio, movía la cabeza cada vez más rápido, a veces sacaba mi polla fuera para lamérmela, lamer mi glande y mis huevos y ver si me gustaba lo que hacía, era precioso ver su cara con el maquillaje deshecho con los ojos llenos de lágrimas y su boquita cada vez más mojada con mi líquido preseminal... allí estaba, esa puta negra chupando la polla de un tío blanco intentando complacerle al máximo, ese contraste de mi polla blanca con su piel negra me encantaba. Me la han chupado muchas pero esa prostituta lo hacía de una manera excepcional.

Mi polla ya estaba en su máximo esplendor, dura como una roca, larga como una lanza... empecé a sentir las maravillosas sensaciones de que el orgasmo ya está cerca, por eso quería aprovechar que no me quedaba mucho tiempo y otra vez le puse mis manos sobre su cabeza y empecé a apretarla contra mi polla, ella lo ...

... obedecía, ya no protestaba, esperaba pacíficamente mientras yo saciaba mis perversas fantasías, qué rico, qué placer recorría mi cuerpo cuando la tenía toda metida en su garganta, después de varios segundos así la he soltado, ella otra vez levantó su cabeza para coger algo de aire, me miró con una cara de perra loca, es dificil describirlo, como si estuviera no sé, drogada o en éxtasis absoluta, después ella solita, sin mi ayuda, la tragó toda entera y la mantenía así durante varios segundos, que placer, que gozo, sentía las paredes de su garganta, sentía como su lengua jugaba con el tronco de mi polla... luego otra vez arriba y abajo arriba y abajo, sus labios se deslizaban sobre mi falo, a veces lo sacaba de su boca para limpiar mi polla sobre sus mejillas, su frente, su cuello... que perra más sucia, me ha

encantado eso...

Se acercaba el final, después de haberme lamido y chupado los huevos se lo metió en la boca, ya empezaron a salir las primera gotitas de mi leche, ella se dio cuenta, sabía que se acercaba el momento más preciado para ella, el momento en el que la iba a bendecir con mi leche. Me la comía entera, arriba abajo una y otra vez, mientras me la chupaba, yo empecé a gemir, dios, qué locura, seguía y seguía más y más, más fuerte, constantemente sin parar, arriba abajo, arriba abajo, se atragantaba, pero no le daba importancia, arriba abajo, dios, no puedo, qué gozo, qué rico, siento como empieza a acumularse el semen, estoy a punto de explotar, dios... mi polla ...