1. Madre hot: Una de espartanos


    Fecha: 14/10/2021, Categorías: Fetichismo Autor: Alexandre, Fuente: CuentoRelatos

    La vorágine de los últimos acontecimientos que, de alguna manera, siempre tienen relación con el desenfreno sexual de mi madre, me hizo rememorar un acontecimiento que ya tenía medio olvidado. Es que, claro, comparado con las últimas experiencias familiares -sus folleteos con un empleado, con su sobrino, con el tatuador, con la novia de su cuñado...-, lo que ocurrió aquel día no muy lejano casi es un cuento infantil.
    
    Aquel cumpleaños me quedé sin regalo. Ni una miserable tarta para apagar las velas. Así fui castigado por las malas calificaciones obtenidas aquel trimestre. Mi madre se puso histérica, me retiró la computadora de la habitación y solo me permitía utilizar el celular cuando salía de casa, controlándome el saldo de las llamadas. En realidad, lo que le fastidiaba a ella es que sus amigas de peluquería presumiesen de las buenas notas de sus hijos, que eran compañeros míos.
    
    Tal fue mi enojo de no poder compartir un día de fiesta con mis amigos que, a falta de computadora para mis inevitables pajillas en las páginas porno, urdí una venganza pueril que ahora, pasado un tiempo, considero ridícula, pero que aún me hace reír para mis adentros. Pues resulta que aquella masturbación de cumpleaños se la dediqué a mi querida mamá en el cuarto de baño. Estaba en plena faena sentado en el inodoro, con los pantalones y slip por los tobillos, todo espatarrado pensando en sus magníficas tetas, su culo respingón y sus labios carnosos y sensuales, cuando reparé en la cesta de ...
    ... la ropa sucia. Metí la mano y empecé a quitar prendas: calcetines, pañuelos, un sostén de mi hermana (tetitas pequeñas)... y una braga de mamá. Mi polla se puso aún más dura. Llevé a la nariz la parte que roza el coño: olía a gloria. Me la imaginé follando con papá cuando la escuchaba gemir de placer tras la puerta de su dormitorio. Pero también fantaseé que lo hacía con otros hombres. Y conmigo. Deseaba emputecerla, tal era mi enfado por el castigo que me había infligido. Y en esas estaba, pajeándome como un mono en el zoológico al tiempo que olfateaba aquella pantaleta color carne. Pero la cosa no iba a acabar así.
    
    Me percaté en el borde de la bañera su botella de gel de baño, de uso exclusivo para ella. "Leche súper hidratante con fragancia de azahar para dejar su cuerpo como la seda", rezaba el recipiente. "Pues te va a quedar el cuerpo todavía más suave, bonita", pensé sin dudarlo dos veces. Saqué el gran tapón de la botella y observé que estaba mediada de body-milk. Retomé mis fantasías con mamá procurando cargar bien los huevos. Imaginé su concha jugosa taladrada por desconocidos, un buen cipote negro, mi profesor de gimnasia, mis amigos, yo mismo... A punto de correrme, metí la polla en la boca de bote y descargué toda mi lefada dentro. Luego batí bien la mezcla y cerré el recipiente.
    
    Solo pensar que en su próxima ducha se iba a embadurnar cuerpo y panocha con mi semen hizo que me excitara de nuevo y volví a masturbarme. Mientras colocaba el frasco en su sitio ...
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