1. Nuestra historia, el sexo y el placer nos unen cada vez más


    Fecha: 31/10/2021, Categorías: Fetichismo Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Por: ByL
    
    Hace algo más de cuatro años que nos conocemos, y desde el principio de nuestra relación, el morbo, el sexo, la lenceria y el crossdressing, el nudismo, el vicio y el porno, es nuestro día a día.
    
    Mi novia travesti siempre está vestida de mujer en casa y convertida en una auténtica puta y yo la trato como tal. De hecho es toda una mujer, que es lo que quiere ser. Y la verdad es que es casi lo que más me gusta de él/ella… el poder tener esa dualidad hombre/mujer para mí, porque es mi puta particular, y a las dos nos encanta, porque en el fondo yo también lo soy, soy otra puta, siempre lo he sido, me apasiona el sexo y me paso el día cachonda y empapada, y si puedo pasarmelo follando, mejor. Siempre he sido muy libertina y exhibicionista.
    
    Somos tal para cual. Almas gemelas al 100%. Estábamos predestinadas a encontrarnos y a estar juntas.
    
    Hace ya bastantes años, tuve un novio que se vestía también de mujer y con quién tenía una relación puramente sexual, y me encantaba, pero acabó dejándome por otro tío al que se follaba sin yo saberlo. Pero se que mi putita sólo me quiere a mi y yo solo la quiero a ella. Lo demás son rollos sin más, amantes incluidas, porque tenemos una amante que compartimos y que nos follamos juntas y disfrutamos un montón cuando hacemos tríos.
    
    Cuando nos conocimos, trabajábamos juntas en la misma empresa y lo veía como un hombre, pero cuando empezamos a liarnos y descubrir lo mujer que era, y después de siete u ocho meses jugando y ...
    ... follando en hoteles como lesbianas, me invitó a pasar un fin de semana a su casa, y se convirtió en un fin de semana totalmente sexual. Lo hacíamos a cada rato en todas partes de la casa, follábamos cuatro y cinco veces cada día y no salimos de su casa en todo el fin de semana. Un maratón sexual que disfrutamos enormemente.
    
    Follabamos sin parar, nos vestíamos como putas y nos maquillábamos como zorras, y al rato ya estábamos otra vez follando en el salón, en la cocina, en el baño, en la ducha, en el pasillo, en la cama… por todos lados. Le encanta que sea yo quien la feminize y que luego la folle con el arnes, que le diga toda clase de guarradas y burradas, que sea el sexo más duro y guarro posible, y a las dos nos encanta así, lo reconozco. A mi me encanta que lo haga igual cuando me lo hace ella y me apasiona cuando me folla analmente. Además, tenemos una televisión sólo para ver porno y se pasa encendida casi todo el tiempo, a las dos nos encanta y nos excita mucho.
    
    Después de estar unos meses de su casa a la mía y viceversa, además de a hoteles, tomamos la decisión de irnos de la empresa y vivir juntas. Vendimos las dos casas y compramos un chalet mucho más grande y fuera de la ciudad. Está a casi 50 kilómetros y estamos en mitad del campo, lo cual nos da una libertad y una intimidad fenomenal para nuestras pasiones más carnales que ponemos en práctica cada día y casi cada hora de las 24 horas del día. Si no estamos en lencería, estamos completamente desnudas, pero ...
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