Mi esposa y mi amigo Martín
Fecha: 01/11/2021,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Soy como muchas mujeres casadas, tengo un marido, que cada vez que tiene oportunidad, me pide que tenga sexo con otro hombre. Incluso me ha llegado a comentar como uno de sus amigos me le antojo.
Olvidaba decirles, mi nombre es Ana y tengo 51 años. Mis mayores atributos, son mis senos, uso brasier 38C y mis piernas. No soy modelo, soy una mujer madura, pero tengo lo mío. Tengo 24 años de casada y mi esposo tiene 48.
No tengo idea de como es que los hombres lleguen, entre ellos a tener ese tipo de conversaciones, pero supongo que en el caso de mi esposo y, su amigo Martín, debe ser común.
Se conocen desde hace años y siempre se han llevado muy bien, además de que se tienen toda la confianza del mundo. He visto en el celular de mi marido como se mandan fotos y videos mujeres.
Mi esposo por su trabajo viaja mucho y pasa mucho tiempo fuera de casa, nosotros vivimos al norte de México.
Sus planes era estar por lo menos una semana fuera. Una mañana que me encontraba sola, mis hijos se habían ido a sus escuelas, me metí a darme un baño. Serian aproximadamente las 10:00 am cuando solo el timbre de la puerta, envuelta en una toalla corrí hasta el interfon de la recamara y pregunte:
-¿Quien?
-Soy Martin, escuche la voz por el auricular
-Te abro, jala la puerta y ahorita salgo, dijo Ana, he hice sonar la chapa eléctrica.
Cuando sentí que había entrado a casa le grite desde mi recamara:
- Martin, estoy en la regadera. Dame un minuto. Regresé a la ducha ...
... para acabar de enjuagarme el cabello y el jabón que me quedaba en el cuerpo. Cerré la llave, me envolví de nuevo en la toalla, me unte mis cremas, me pasé un cepillo por el cabello para darle un pronto acomodo, y salí del cuarto de baño.
De repente escucho la voz de Martín en el pasillo:
-Se puede?
Brinque del susto
- Espera, le respondí, me estoy vistiendo...
No había terminado de decir eso cuando él ya estaba cruzando el umbral de la puerta. Me sentí sorprendida, pero no asustada, y mucho menos avergonzada. Lo que no les he dicho es que en una ocasión me hospede en el hotel de Marco, agarramos una borrachera que terminamos besándonos y tocándonos a escondidas de mi marido.
Esa es otra historia que jamás le conté a mi marido.
- Perdona, pero vi la puerta abierta, y pensé que estabas disponible, comento Marco al ver mi cara.
- No te preocupes, pasa y siéntate en el sofá, yo entrare al vestidor, dije, después de todo ahí estaba mi ropa
- Puedo encender la computadora? -pregunto-
- Claro! - la computadora estaba dentro de la habitación, y retirada del vestidor, y según mis cálculos mientras la encendía y checaba su correo, y alcanzaría a vestirme sin problema.
Entre al vestidor, tome las prendas , las puse sobre una silla que había dentro y deje caer mi toalla. Fue en ese momento cuando sentí el aliento de Martín en mi cuello. Se había metido al vestidor, y ahí ¡SI ME SORPRENDIO!
Me tomo de la cintura, y acercó su boca a mi cuello. Mi piel se ...