Bodas de oro.
Fecha: 04/11/2021,
Categorías:
Intercambios
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Sábado por la tarde y con mucha flojera nos acordamos de la boda a que nos invitaron en un salón de fiestas 50 años de casados de los padres de unos buenos amigos . Nos marca por teléfono un amigo superficial de mi esposo que poco frecuentamos pues son muy elitistas que también estaba invitado a la misma boda, pidiéndonos que pasáramos por él, pues su esposa e hijas se encontraban de viaje visitando a unos familiares, no tenía ganas de ir a menos que fuéramos nosotros ya que vive cerca de nuestra casa, siempre con la idea de estar presentes y regresarnos lo antes posible.
Yo en esos días andaba más caliente de lo normal, por lo que me vestí lo más sexy que pude, con un vestido de seda negro bien pegadito, con un toque de perfume, sin brasier, ni calzones ya que se marcaban en el vestido, solo con unas medias negras de las que ajustan solas y unos zapatos de tacón alto, estaba nerviosa de la impresión que se va a llevar nuestro amigo José cuando me vea.
Como a las 7 salimos, mi esposo y yo, ¡dejamos nuestros hijos en casa de mis papas para que los cuidaran. Nos dirigimos a casa de nuestro amigo para recogerlo en el coche de mi marido que es un Mustang color plata con asientos de piel.
Las palabras de José al verme fueron de alago mientras me barría con sus ojos: ¡Gaby te ves guapísima con ese vestido! a lo que pícaramente le respondí: ¡Es lo único que traigo puesto junto con los zapatos y medias!
En el camino hacia el salón de fiestas, nuestro amigo venia en el ...
... asiento trasero, me pregunta descaradamente en frente de mi esposo... ¿De verdad que no traes nada más de ropa?... No solo el vestido y medias; ¿qué no me crees?...
En eso llegamos y dejamos el coche al valet parking, salgo antes que él, me agacho para mover el asiento para que él salga, le susurré que podía comprobar que por lo menos brasier no traía. Echó un vistazo a mis tetas que colgaban desnudas. A lo que el nada más aprobó con la cabeza lo que estaba viendo. En fin, el ambiente también estaba caliente, no solo yo...
Nos sentamos en la mesa indicada, con unos amigos, una mujer muy hermosa y la clásica pareja mayor que parecía eran clientes de nuestro amigo José, que al parecer habían quedado muy satisfechos por las mejoras de su casa.
La boda transcurrió de lo más normal las copas corrían vertiginosamente una deliciosa cena, el lugar de la esposa de nuestro amigo fue ocupado por una guapa mujer de unos 25 años que nadie conocía de lo más divertida y coqueta, lo que rápidamente me dio para imaginar que José ya tendría algún plan para la noche, sin mujer en México, conociendo como es de cabrón, no perdería la oportunidad de llevar esta mujer a la cama, sin embargo el que estaba más que encantado con el generoso escote de Mireya era mi marido que no le quitaba el ojo.
En eso estábamos cuando la Sra. Mayor quería hablar con nuestro amigo con una reacción de autoritarismo, totalmente segura de ella misma, se levanta en frente de todos y de su esposo, se dirige a ...