Sociedad secreta - Relatos Eróticos

Sociedad secreta

... escoger el turno que queráis. Hay uno los sábados ó domingos que se establecerá cuando todos y todas escojáis hora en que solo participareis los del grupo. Si ese finde habéis escogido para volver a casa a visitar la familia estáis dispensados de acudir pero si no allí deberéis ir.

Portaréis en ese turno solo la ropa imprescindible ó la que el monitor que esté ese día os dirá. Estáis obligados a acudir mínimo a una fiesta ó taller al mes. Las que organice nuestro grupo serán gratuitas. El uso por vuestros Amos ó Amas debéis pactarlos con ellos. No debéis mezclar vuestros estudios con vuestra entrega. Creo que os he contado todo lo que necesitáis saber por el momento. Ahora María os contará que posturas básicas debéis aprender, el resto vuestros Amos os las enseñarán porque cada uno tiene sus manías.

María avanzó hasta situarse en un lado, perpendicular a los sumisos y a Nerea. Nerea se levantó y situándose detrás de María fue soltando botón a botón de su blusa, acariciando con su cálida piel los pechos y vientre de la joven para bajar y meterse bajo su falda y acariciar su sexo. La despojó de su ropa y la dejó actuar.

La chica primero explicó que la postura en la que se ha situado en las instrucciones de Nerea es la de espera. Luego puso las manos sobre la cabeza y explicó que esa era la de exploración.

Ahora, habló María, escuchar bien. A las 19 de la tarde deberéis estar listos porque se os pasará a recoger, una furgoneta entrará en vuestro garaje y os ...

... mandarán un mensaje al móvil. La ropa da igual la que llevéis porque en la fiesta de hoy se os despojará de ella. Como veo, vais perfectamente depilados, bueno, el pubis no lo vimos pero si no estáis perfectamente rasurad@s hacerlo porque si no seréis castigad@s.

María entonces pidió permiso a Nerea para vestirse y cuando terminó se puso en posición de espera nuevamente detrás de ella. Luego Nerea se levantó, fue ofreciendo su mano a los sumisos y sumisas para que la besaran a la vez que bajaba su ropa intima y acariciaba sus genitales diciéndoles al oído:

Desde ésta noche podré jugar con todos vuestros agujeritos.

Los cuatro compañeros de piso se quedaron solos. Pasaron el día preparándose para la fiesta. Duchándose, afeitándose ellos, perfumándose. Se movían desnudos por la casa. Las puertas siempre abiertas. A las 19 en punto estaban todos listos y listas. Todos y todas recibieron el mensaje. Salieron de casa y bajaron en el ascensor. En el garaje les esperaba un furgón con la parte trasera sin ventanillas. La conductora era Nerea y la acompañante María.

María les suministró unos antifaces a todos y todas que debieron ponerse. Luego emprendieron la marcha. Nerea conducía con mucha suavidad. Cuando llegaron a su destino sintieron como paraban unos segundos en que oyeron como una puerta se abría y volvían a reanudar la marcha unos pocos metros. María bajó y les ayudó a descender de la furgoneta. Sin miradas indiscretas colocó en sus cuellos unos collares de hierro con ...