1. Sigue, fóllame, párteme en dos


    Fecha: 28/05/2018, Categorías: Hetero Autor: Maya Braun, Fuente: CuentoRelatos

    Sábado noche. Bar Motor B, Madrid, España, 11.30 pm.
    
    Buen ambiente. Sentada en un taburete de la barra. Estoy vestida para matar.
    
    Botines estiletos de 12 centímetros de tacón, minifalda, corpiño sexy y cazadora vaquera apoyada en el respaldo del taburete. Botellín de cerveza y chupito de whisky.
    
    La víctima no tarda en apoyarse en la barra y mirarme con ojos de galán de tercera.
    
    Pablo, treintaytantos, pelo negro, patillas y barba de varios días, botas, camiseta Gira Mundial de Nosequién y chupa de cuero. Me gusta. Me sirve.
    
    Quiere invitarme a la bebida y quiere conversación. Sólo me interesa una de las dos.
    
    Baño cerrado con pestillo. Mi espalda apoyada en una pared, las piernas apoyadas en la opuesta. Mis taconazos tacletean en la puerta. Bullicio tras ella. Más morbo.
    
    La cara del galán de tercera hundida entre mis piernas. Tiene hambre. Come. Su lengua es un torbellino de placer. Gozo mucho. El amigo promete.
    
    Me invita a dos tequilas. Magreos y besos lascivos. Sus manos se hunden en las profundidades de mi faldita. Me contoneo, y mi trasero se refrota en su abultado paquete. El galán acaricia mis pechos por encima del corpiño. Los asistentes tienen la llama del Deseo en la mirada. Me motiva. Le envidian. Anhelan sexo en vivo. Pero hoy la Diosa del Placer no atenderá sus súplicas. Ya ha encontrado quien sucumba en su herético altar.
    
    Vamos a ir a mi casa. No vivo lejos. En la puerta tiene su Honda VT 750 Shadow Spirit. Muy chula. Digna de ...
    ... mí.
    
    Vuelo prendida a su cintura. Le mordisqueo las orejas y el cuello. Mi lengua corretea por su nuca. El vello erizado sin remedio. Mi jinete aúlla a la Luna como un lobo salvaje. Mis dedos acarician su pubis. Su cuerpo, fundido con el mío, arde en deseo. No tardará en consumirse en mi pira.
    
    Bienvenido el planeta Maya Braun.
    
    El tintineo de decenas de velas ilumina sutilmente mi dormitorio. Huele a jazmín. Es perturbador. Delicado satén en las sábanas que acogerá mi lujuria desatada. Y un enorme espejo frente a la cama reflejará las escenas más sucias. Esa lascivia brutal de una fiera en celo. La música invade la estancia. This city never sleeps. Eurythmics. Esa canción saca la puta perfecta que hay en mí.
    
    Bailo al lúbrico ritmo que impone Annie Lennox. Sensual. Hipnótica.
    
    Mi nuevo amante recostado al borde de la cama. Su camiseta vuela por los aires. El pantalón desabrochado apenas mantiene protegida su arma más preciada. Me contempla embelesado. ¿Qué te parece lo que ves? Te gusta. Va a ser tuyo.
    
    Le ofrezco mi especial lap dance. Aprendido de la mejor stripper de Madrid. Cientos de hombres perdieron sus billetes por ese baile. Mi ropa cae al suelo como las hojas secas en otoño. Acaricio mis pechos, humedecidos con mi saliva. Mis yemas encendidas recorren este cuerpo pecador, que refulge ya por el ardor. El motero jadea obsceno. Se toca. Aplaude y jalea con frases procaces. Quiere matarme a polvos. Sabe que él también morirá de placer. Permito que roce mi trasero con ...
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