1. Mirando


    Fecha: 29/05/2018, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Tras la separación con mi esposa, mi hija se vino a vivir a la hacienda. Allí después de ayudarme unas horas se iba con una chica que trabajaba allí. Eran amigas desde niñas.
    
    Mi hija es una chica muy bella, rubia, de 17 años y su amiga Carla es un año mayor, morena, y muy hermosa también.
    
    Un día salí para la ciudad y luego de un rato tuve que volver por haber olvidado unos papeles. Entré a la casa y escuché unos gemidos de placer muy intensos. Me asomé y vi a Carla satisfaciendo oralmente a Laura. Podía ver la lengua de Carla estimulando la depilada vagina de mi hija. Tuve una potente erección y me quedé mirando. Por más de una hora vi como ambas se estimulaban mutuamente, gimiendo sin reprimirse de placer. Sus besos eran ardientes, húmedos, deliciosos.
    
    Luego hablaron y rieron un rato y se fueron a la ducha. Ahí me fui y llamé a Laura para decirle que dormiría fuera esa noche.
    
    Carla y Laura se disfrutaban a diario y eso me excitaba mucho.
    
    Una tarde me escondí para observarlas, pero Laura se fue a la cama con el novio de Carla, un chico negro de unos 25 años. Vi a mi hija gritar de placer, gemir, chillar, jadear con aquel hombre pidiendole que la hiciera completamente suya. Veía aquel largo y grueso pene oscuro hundirse en la vagina de mi hija, y no entendía como cabía, y menos cuando la penetró por el ano. Este hombre eyaculó no menos de 4 veces en la vagina de Laura.
    
    Un mes después mi hija me confesó estar enamorada de aquel hombre y me dijo que esperaba un hijo de él. Carla había sido también preñada y ambas se fueron a vivir con aquel chico. Un año después Carla y Laura rompieron con el chico y ahora viven juntas conmigo en la casa de la Hacienda, donde con frecuencia tengo sexo con la bella Carla o con mi propia hija
«1»