1. Mi comadre Josefina


    Fecha: 29/05/2018, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... quería, además cómo no sabía cuanto tiempo teníamos por consiguiente desconocía cuantos polvos nos íbamos a echar, así que la paré en seco, y le di la vuelta incorporándome, quería su trasero que me fascinaba, y la empecé a penetrar por atrás.- ah, si cabrón vamos, eso es, dame con todo, gritaba como posesa.- ¿Te gusta comadrita?, ¿lo deseas?, alcanzaba a decir.Me gustaba agarrarle sus nalgas, sobarlas, besarlas, darle una que otra nalgada e inclusive morderlas, mientras un dedo iba preparando el camino al ano.Me ayudaba con una mano en sus hombros y otra en la cadera y como su vagina esta completamente empapada la penetración era sencilla y fácil, pero no menos excitante, la verdad, como había dicho, la sensación de coger con la esposa de un amigo es verdaderamente lujuriosa y más aún si resulta ser una fiera en la cama.Mientras seguía embistiendo, Fina fue estirándose hasta llegar a estar su espalda en mi pecho, situación que me provocó que pudiera amasarle sus pechos, que aunque un poco caídos, por su edad, estaban exquisitos. Los movimientos se empezaron hacer más lentos, Fina metía su mano entre mi pene y su vagina y logró que llegáramos al orgasmo al mismo tiempo, fue maravilloso.Terminamos acostados en el sofá, y aún sentía como seguía saliendo restos de semen de su vagina, le besé el cuello y la espalda, estabamos empapados de sudor y demás líquidos corporales. Me separé de ella, mi falo aún tenía ganas de más acción, Fina se levantó y me besó en los labios ...
    ... apasionadamente.- ¡Que rico!, estaría todo el día cogiendo contigo compadre, me susurró al oído.- Y toda la noche, comadre, eres un volcán.Se levantó me agarro mi verga y la besó vio que estaba reaccionando y fue hacía el baño, yo me paré y me dirigí a la mesa, agarré una rebanada de Pizza, e inmediatamente llegó Fina y me dijo:- ¿Quién piensa en comer en estos momentos?Y acto seguido se sentó sobre mis piernas y comenzó a besarme tan cachondamente, como hace unos instantes, pasaba su lengua por mi cuello, orejas, pecho y se detenía más tiempo en la boca, mientras sus manos sostenían mi cabeza. Al tiempo yo la agarraba de sus nalgas y sobaba la espalda, mientras trataba de imitar sus movimientos, ella con los ojos cerrados se estaba sintiendo muy caliente. Cuando ya mi aparato empezó a tomar su tamaño para la guerra, subí a Fina y la senté sobre él, e inició un cabalgar sexual digno de cualquier escena erótica de película, Fina se veía espectacular cada vez que subía y bajaba, el bamboleo de sus tetas con el ir y venir de ella, me estaba provocando llegar al límite de la lujuria, quería, ahora, más de ella, por lo que con una mano comenzaba a jugar con su ano y preparar para lo que ambos queríamos, iniciando primero metiéndole un dedo y luego dos. Los gritos y jadeos de ambos eran ensordecedores, afortunadamente los pocos vecinos que tenemos en el edificio acuden únicamente el fin de semana, ello lo sabía por eso no nos reprimimos en lo absoluto.- ¿Quieres metérmela por el ano, verdad ...