1. Experiencia Les


    Fecha: 04/12/2021, Categorías: Lesbianas Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... nariz, todo y cuando llegó a la boca se detuvo un instante para mirarme a los ojos y cuando vio que yo estaba igual que ella de ansiosa, me besó tan dulcemente, tan delicadamente como antes nadie lo había hecho, su boca era tibia, de labios delgados, era una boca grande y su lengua me rozaba todos los labios me acariciaba los dientes, el paladar, era delicioso, lentamente nos acostamos sin dejar de besarnos; ella me acarició el cabello, me seguía besando y sus manos empezaron a recorrerme la nuca luego el cuello, los hombros, la espalda; yo sentía sus manos temblando acariciándome con insistencia pero mucha suavidad.
    
    Patricia se detuvo, mirándome, esperando el siguiente movimiento; entonces llevé mis manos a su pecho, le desabotone la blusa y metiendo mis dedos, le acaricie los senos por encima del sostén, sentí sus pezones algo duros los apreté sin dejar de mirarla, Patricia cerró los ojos en señal de placer y los apreté más aún, su boca se acercó a la mía, nos besamos suave, solo en los labios y en las mejillas, era tan ricoooooo, entonces no me pude contener más, le quité la blusa y el brasier, sus senos pequeños aparecieron bellos, tan rosados con ese pezón rojo como el pétalo de una rosa, empecé a besarlos alrededor, tratando de no tocar los pezones, ella me apretó la cabeza contra su pecho para que lo hiciera más fuerte; lentamente fui acercando mi lengua a un pezón, lo rodeé, mi lengua titiló luego lo chupé como si se tratara de un pequeño chupo de bebé, se puso ...
    ... más duro, yo quería seguir allí mucho rato, pero ella me levantó el rostro y me beso en la boca y luego bajo sus besos hasta mi busto, simultáneamente me abrió la blusa y mis senos quedaron libres, los apretó con toda la boca, quería comérselos, me los mordía; mientras tanto, recorrió mis muslos con una mano temblorosa, yo me puse tensa, era la primera vez que sentía esto, me encantaba, me sentí mojada, apreté mis piernas y Patricia me acarició las nalgas con libertad; yo no podía quedarme allí quieta, dejando que ella me tocara sin hacer nada, le quité la falda, tenía una pantaloneta debajo, que fastidio, se la quité torpemente y descubrí que también le gustaba usar tangas muy pequeñas, las toqué suavemente sintiendo la fina tela en la yema de los dedos.
    
    Le acaricié todo el contorno de la tanga, le metí la punta de un dedo bajo el borde, ella temblaba de gusto, rocé sus vellos, estaba tan suave, tan mojado; lentamente le halé la tanga hacia abajo y ella presurosa me ayudó hasta que le quedaron a la altura de las rodillas, ella terminó de quitárselo y yo aproveché ese momento para desnudarme completamente.
    
    Una vez las dos desnudas nos apretamos en un fuerte abrazo, nuestras manos se deleitaban tocándonos toda la piel, besábamos nuestros senos, apretamos nuestras nalgas hurgamos en nuestras vaginas y anos en busca de más y más placer, nos mirábamos llenas de pasión, entendiendo que no éramos lesbianas pero que lo que vivíamos era increíblemente delicioso, que estábamos ...