Mi amiga
Fecha: 15/12/2021,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... tuve que pedir que parara y levantarla para que mi polla saliera de su coño y con sólo dos sacudidas con mi mano empezara a correrme como hacía mucho tiempo que no lo hacía.
Ella me miraba con una pícara medio sonrisa, sabedora que me había puesto a mil y me había regalado un polvazo. Volvió a inclinarse y de nuevo nos besamos.
Me levanté para ir al lavabo y limpiarme los restos de leche, y cuando volví ella estaba estirada en el sofá. Dios, que visión. Fui a buscar mi ropa cuando me dijo.
- ¿Qué haces?, ¿dónde vas?, esto todavía no ha terminado.
Con una cara de atontado total me volví con ella al sofá, tumbándome a su lado para volver a besarla mientras mi mano acariciaba su coño, masturbándola de nuevo, jugando con su clítoris, y de vez en cuando metiéndole dos dedos, follándola con ellos, y viendo como de su coño salía ese espléndido líquido blanco señal de que había llegado al orgasmo.
Ese manjar no podía desperdiciarse, así que dejé de besarla y bajé mi cabeza para poder saborear ese zumo, poder tragarlo, poder deleitarme con él. Cuando quedé saciado me incorporé y acerqué mi polla a su coño, para empezar a acariciarlo con ella, recorriéndolo entero mientras miraba sus ojos de viciosa y de deseo, hasta que al final, y sin estar 100% dura por la anterior y reciente corrida e la metí empezando a follarla, sin dejar de mirarle a los ojos, acariciando sus pechos y sus costados, besándola de tanto en tanto mientras la follaba lentamente, profundo, viendo como ...
... ese líquido blanco que tanto me gusta salía de su coño impregnando mi polla.
Tras un rato en la posición del misionero la saqué, y ella, como leyéndome el pensamiento, se dio la vuelta y se colocó a cuatro, en al posición del perrito. Dios, como me gusta su culo… así que en vez de seguir follándola me lancé a por él con mi boca, y mientras masturbaba su coño empecé a comerle el culo, chupando con fuerza, haciendo círculos con mi lengua y saboreándolo. Sabía a cualquier cosa menos mal. Olía a cualquier cosa menos mal. Oía sus gemidos y notaba sus movimientos indicándome que le gustaba. Así que, ¿por qué parar?. Seguí unos minutos más y dirigí mi dedo índice a su ano. Pero ella me detuvo con un rotundo “no, que hace mucho, y me duele”. Evidentemente me quedé con las ganas, pero, ¿recordáis lo que antes he dicho de respetar a la pareja de cama?. Pues eso. Así que dirigí mi polla de nuevo a su coño y empecé a follarla de nuevo, metiéndola hasta el fondo, dejando que mis huevos chocaran contra ella, mientras le acariciaba las tetas y le llamaba “perrita”, “mi zorrita”…que sé que le encanta.
Al ser un sofá estaba bastante incómodo, pero eso no fue un impedimento para que al poco tiempo notara que volvía a correrme, y la sacara para correrme sobre su espalda. Una corrida no tan copiosa como la primera, por supuesto, pero dejándome en la gloria.
Fui de nuevo al lavabo a por papel para limpiarla, y limpiarme a mí.
Diana me soltó uno de esos comentarios que pueden destrozar ...