1. Mi medio hermano


    Fecha: 30/05/2018, Categorías: Incesto Autor: pilar_magda, Fuente: RelatosEróticos

    ... pero el pequeñito de inmediato y sin siquiera decirme liberó al seno que le faltaba, era de esperarse que no se iba a conformar con verme solo uno, mis pechos se mostraron impúdicos ante su mirada, cuando los empezó a tocar con avidez me llevé las manos al rostro tratando de ocultar la vergüenza, el miedo a que alguien nos descubriera, el cargo de conciencia era insoportable, la reacción lógica y natural de mi cuerpo no tardó en aparecer: mis pezones endurecieron al ser estimulados, a estas alturas el infame chamaco ya estaba sentado sobre mis piernas, las piernas de él abiertas y dobladas por las rodillas caían de lado a lado.
    
    -¿Hermanita, puedo darme masaje allá abajo?, preguntó visiblemente emocionado
    
    -Ahh, pinche chamaco cabrón, chantajista, hijo de la chingada, ahora sí soy tu hermanita, ¿verdad?, sí ya tenías tu plan bien hecho... ¡pues hazlo!, pero apúrate y termina de una buena vez con esta tontería- aparte de todo lo que estaba sintiendo ya comenzaba a sentirme molesta. Mi desesperación aumentaba pues al parecer él no tenía prisa alguna, tocaba mis senos con una mano y con la otra masajeaba su miembro por debajo del pantalón pero por lo visto no se acomodaba muy bien, pensé que hasta que no alcanzara su eyaculación no me lo iba a quitar de encima por lo que yo debía tomar otra decisión de inmediato.
    
    -Haber corazón, traté de dulcificar mi tono de voz un poco, yo te voy a ayudar con el masaje, como el otro día, pero por lo que más quieras terminemos con esto, ...
    ... vamos a acomodarnos de otra forma en el sillón para que no estés todo doblado y también sácate el pantalón para que estés mejor, y por supuesto no se lo dije dos veces, incluso su trusa salió junto con sus pantalones, su pequeño pene parecía estar más duro, y como no, con la semejante visión que tenía ante sus ojos, recargué mi cabeza sobre uno de los brazos del sillón, mi cuerpo quedó a lo largo, y creo que por instinto el chavito se acomodó encima de mi con sus piernitas a los lados, mi mano ya empezaba a tocar su pene, de repente otro rayo de cordura cruzó mi cerebro, al estar en esa posición, como si fuera la del misionero, lo más probable era que al eyacular, su semen saldría disparado y se esparciría por entre mis dedos manchando mi pantalón de color beige, era la única ropa que llevaba y claro estaba que no me iba a exponer a otra vergüenza mas, por lo que con el corazón a punto de explotarme todavía mas le pedí al muchachito que se levantara un momento.
    
    -espera, déjame hacer algo, le dije bastante insegura
    
    Ante esa situación tan comprometedora para mí, lo único que se me ocurrió en ese instante fue quitarme el pantalón para evitar que se me manchara de semen, y así lo hice.
    
    De lo que sí estaba segura era que por nada del mundo me iba a quitar las pantaletas y afortunadamente él no insistió con eso.
    
    Todo eso ya era muy fuerte para mi pero creo que él se la estaba pasando muy bien, el chamaco precoz me miraba con un brillo especial en sus ojitos, no era para ...
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