1. No siempre se está bien donde uno es feliz


    Fecha: 01/01/2022, Categorías: Infidelidad Autor: ogarcia, Fuente: CuentoRelatos

    ... pude darme cuenta que muchos más observaban su figura…
    
    Y en verdad era hermosa! no niego que fue una de las razones para estar con ella; me cautivó su mirada y seguridad, así como el resto de sus atributos físicos que no eran pocos…
    
    Y el sexo, lo disfrutábamos a lo grande, sin restricciones; perderme en ese mar de sensaciones es algo difícil de describir!, por eso estaba tan prendido de ella!
    
    Encendí el auto cuando vi que tomaba sus cosas y apagaba la luz que, ya entrada la noche, iluminaba su lugar; quería llegar cuando estuviera saliendo para sorprenderla.
    
    Y efectivamente hubo sorpresa, pero fue la mía al observarla saliendo con él en actitud un tanto más que cordial.
    
    Obviamente los celos se hicieron presentes y bajé del auto para reclamarle… pero no alcancé a hacerlo; tuve un poco lucidez para utilizar la lógica, me habló de una reunión, podía ser que solo se dirigiera a ella; así que volví al auto y observé como subían al de él y tomaron camino. Los seguí a prudente distancia, no quería mostrarme ante sus compañeros como el celoso de la relación, confiaba en ella, ¿que podría salir mal?
    
    Avanzaron durante unos minutos hasta donde, podría decirlo literalmente, sentí que algo dentro de mi se rompía.
    
    Con mis manos temblando de rabia e impotencia estacioné el auto sin dejar de ver el lugar, iluminado apenas para pasar desapercibido, elegante para ser un motel de paso.
    
    Tomé el teléfono y marqué su número, después de un par de tonos su ...
    ... respuesta…
    
    -Hola, ¿ya estás en casa? –dijo con voz apresurada.
    
    -Aún no, pero ya estoy en camino.
    
    -Aún tardo un poco, todavía tengo algunos pendientes que no pueden esperar a mañana.
    
    -Entiendo, ve con cuidado cuando salgas del motel, el lugar no se ve muy seguro. –dije esto y corté la llamada.
    
    Arranqué y tomé dirección con rumbo a casa, he de confesar que lloré en cada ocasión que sonaba el teléfono con una llamada de ella.
    
    -¿Que hice mal?, ¿qué fue lo que hice para que me pague de esta forma? -no tuve respuesta a ninguna de mis preguntas…
    
    Me detuve calles antes de llegar, estaba descompuesto y no quería que los chicos me vieran así; después de unos minutos aparqué y entré a casa.
    
    -¡Papá!, ¡papá!, qué bueno que llegaste – dijeron las chicas colgándose a mi cuello.
    
    -¿Lloraste?, tus ojos están muy rojos…
    
    -Los hombres no lloramos –dije sin creérmelo –solo que pase mucho tiempo frente al monitor.
    
    -¿Mamá ya no tarda? –me dijeron.
    
    -Espero que no pequeña, espero que no…
    
    Subí al despacho y cerré la puerta tras de mí, no sabía qué hacer ni cómo reaccionar cuando llegara; la vida no es justa, pensé; al menos no para mi en este momento.
    
    Después de algún tiempo tocaron a la puerta.
    
    -¿Puedo pasar? –Dijo ella –necesito que hablemos.
    
    -¿Que puedes decirme que no sepa?, los detalles no me interesan.
    
    -No está bien lo que hice, lo sé; quiero que sepas que no volverá a pasar.
    
    -¿Qué fue lo que te hice para que me hagas esto?, ¿tan mal te traté?
    
    -No fue tu ...