1. Descubriendo la puta que hay en ti


    Fecha: 05/01/2022, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: femerba, Fuente: CuentoRelatos

    ... en confianza. Y después procuraré que usted haga pareja con ella. ¿Está bien? Sí, no hay problema, contestó. Bueno, ¡vamos! Dije.
    
    Cuando llegamos a la mesa, Marta y mi esposa me miraron un tanto sorprendidas. Laura, dije, mira quién está aquí, Jorge, ¿lo recuerdas? Ummm musitó ella, viendo a ver qué respondía. ¿Jugando tenis, tal vez? Si, dijo él, en el Club Campestre. ¿Cómo estás, Laura? Bien gracias. Hacía rato que no te veíamos. Sí, dijo él, estuve por la capital un tiempo, pero ya estoy de nuevo aquí. ¡Qué bien! Dijo ella. Y ¿nos vas a acompañar? Pues… si no les molesta, dijo él. Para nada, dijo mi esposa, ¡siéntate! Mira, te relaciono con una amiga… Marta, él es Jorge, un compañero de juego de Fernando. Mucho gusto, respondió ella, mostrándose de acuerdo, Marta. Encantada de conocerle…
    
    Empezamos una corta conversación, donde nuestro nuevo invitado, muy posicionado en su papel, nos contó que había estado finalizando un post-grado en mantenimiento mecánico y que volvía a su puesto como Jefe de la sección mecánica en una importante refinería. Le deseamos suerte en el retorno a sus actividades y, bueno, dije, señalándole a mi mujer, pero aquí lo importante no es hablar sino bailar. El, obediente, estiró su mano invitándola a salir a la pista y ella, sin dudarlo, aceptó. Yo, entonces, seguí el juego e invité a Marta a bailar.
    
    Las dos parejas estuvimos en la pista, bailando por largo rato. Jorge, al parecer, llenaba las expectativas de mi esposa en cuanto a baile se ...
    ... refiere, porque se veía muy animada compartiendo con él. Marta, quien no les perdía el ojo, se atrevió a decirme… ¡Oye! Tu amigo baila muy bien. ¿Qué quieres decir? Acaso ¿Yo no? ¡No! respondió riendo, no he dicho eso. Tú también lo haces bien, pero parece que Laura lo está disfrutando. Sí, comenté, a ella le gusta mucho bailar. Y si el parejo le da la talla, mejor. Eso parece, dijo ella. Bueno, ya tendrás oportunidad, comenté.
    
    Volvimos a la mesa para darnos un respiro. Ellas, ambas, decidieron ir al baño, así que nos quedamos Jorge y yo en la mesa, bebiéndonos unos tragos. Bueno, ¿cómo le fue? Bien, dijo. La señora baila muy bien. Gracias, contesté. Pero recuerde que lo contraté para que me haga el cuarto con la otra. No me diga que no está bonita la señora, afirmé. Si, dijo. Se nota muy alegre. Sí, es muy espontánea y alegre, comenté. Así que necesito que me la mantenga así el resto de la noche. ¿Se le mide? Descuide, dijo.
    
    Ellas, al rato, volvieron a la mesa. Se habían dado un respiro y tal vez habían aprovechado para conversar cosas de mujeres y las impresiones que le producía el invitado. No más llegar, Jorge invitó a Marta a bailar y, como se dice coloquialmente, hasta ahí los vimos, porque conectaron de maravilla, no solo bailando sino también en otros aspectos. El hombre tal vez hizo que Marta se soltara, se desinhibiera y descargara toda la adrenalina que había mantenido reservada para un momento así, porque, pasado el tiempo, la vimos muy abrazada a su pareja, ...
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