Vendiendo mi Telefono
Fecha: 01/06/2018,
Categorías:
Hardcore,
Autor: AkuSokuZan, Fuente: xHamster
... vieran….-A eso de las cinco de la tarde me contestó que sí, pero que por supuesto sería sin fotos, una única vez, sin sexo anal y con preservativo… yo, aunque tenía en mente otra idea, acepté antes de que se echase para atrás, y tras darme el nombre de la cafetería donde quedaríamos nos despedimos hasta mañana – las esposas no siempre duermen a pierna suelta, y son de naturaleza desconfiada si ven a uno whatsapear mucho rato-.A la mañana siguiente salí de casa inmediatamente después de mi mujer con los niños, me excusé para no comer con ella inventándome un compromiso de trabajo ineludible, pero prometiendo que recogería a los niños del colegio a las cinco, y tras excusarme en la oficina alegando una indisposición para no ir a trabajar salí hacia su ciudad. A punto de dar las diez y media de la mañana ya estaba entrando en la cafetería donde habíamos quedado. Como no habíamos intercambiado siquiera nuestros nombres – para mí eso lo hacía aún más excitante-, y tras comprobar visualmente que no estaba me dirigí a una mesa vacía algo apartada, pedí un café y me dispuse a esperar. Al cabo de unos diez minutos entró ella, con vestido corto negro de flores, cazadora vaquera y botas de ante de medio tacón. Se notaba que se había arreglado con esmero, como para una cita, y el rubor de sus mejillas – me dijo luego que me había visto entrar y había estado fuera haciendo acopio de voluntad para atreverse a tamaña locura, según sus palabras textuales- no hacía sino acrecentar su belleza ...
... y su morbo… La invité a sentarse, le pedí un café, y estuvimos unos minutos charlando de cosas intrascendentes para tomarnos la medida y decidir si queríamos continuar con aquello. Al rato, le mostré el teléfono en su caja precintada dentro de una bolsa y le pregunté- ¿Entonces lo quieres por 200 o 400 euros?Ella bajó la mirada a su café y musitó- Doscientos me parecen bienSin más dilación y mientras yo pagaba en la barra ella salió delante de mí y caminó varias manzanas unos metros por delante como si fuésemos perfectos desconocidos – y bien es cierto que casi lo éramos-. Finalmente entró en un portal de un edificio de viviendas, y yo tras ella apurando el paso y simulando que aprovechaba la apertura del portal para ir a otra planta… subimos a su casa – ella por ascensor y yo por las escaleras-, y cuando llegué arriba me la encontré observando tras la puerta entornada, presta a dejarme pasar y cerrar tras de mí sin dar tiempo a que nadie pudiese verme. Nada más entrar nos quedamos ambos medio parados, respirando entrecortadamente y sin saber muy bien qué hacer ni cómo comenzar, hasta que yo decidí hacer uso de mis años para tomar el mando y le dije.- Vamos al salón a ponernos cómodos, y sirve unas copas para relajarnosAl cabo de un momento, mientras yo hacía un breve recorrido por la casa asegurándome que estábamos solos – la prudencia ante todo- ella preparó dos gin-tonics y vino con ellos hasta el sofá. Dejé la copa sin apenas probarla en la mesa – junto a una foto en que ...