1. Sexy, muy sexy.


    Fecha: 01/06/2018, Categorías: Hetero Autor: juliog, Fuente: RelatosEróticos

    Salimos juntos del restaurante, yo detrás de ella, observando la curvatura de su vestido. Con disimulo la observé y me fijé en su melena larga, como se insinuaba su trasero, era tentador, sus piernas, sobre aquellos tacones de vértigo, que hacían de ella una figura esbelta, deliciosa, apetecible, muy sexy…
    
    Mmmmm, sexy, sexy, muy sexy, …
    
    ¿Atractiva?, si, muy atractiva, tremendamente atractiva.
    
    Poderosamente atrayente.
    
    Magnética, siiii.
    
    Imposible no mirarla.
    
    Esas piernas, mmm, largas, esbeltas,…
    
    Ese conjunto negro, ajustado, la falda corta, con esos botones blancos,…
    
    Empiezo a imaginar la agradable y excitante sensación de ir soltándolos uno a uno, despacio.
    
    ¿Que lencería llevara? ¿Será sexy, de encaje?
    
    Y el cuerpo que se intuye que hay debajo de esa ropa,…, esas caderas, y los pechos que se adivinan generosos,…
    
    Sin preámbulos me animé y le propuse:
    
    -¿Nos vamos a algún sitio más íntimo?
    
    -Pues claro. ¿A mi casa?
    
    -Mmm… Perfecto, excelente idea, además de excitante.
    
    Sin darme tiempo a reaccionar, levantó la mano y paró a un taxi. Le abrí la puerta y subimos.
    
    Durante el trayecto no paramos de besarnos. Fueron besos profundos, húmedos, apasionados, incluso diría que desesperados por ambas partes. Nuestras lenguas no pararon de tentarse, de enlazarse. Besos en la boca, en el cuello, en su escote,… Nos estuvimos saboreando durante un largo rato, mientras que nuestras manos tampoco se quedaron quietas. Yo no pude resistirme a tocar, ...
    ... acariciar y amasar con suavidad aquellos senos, eran grandes, y con aquel vestido tan ceñido, y aquel vientre plano, sobresalían desafiantes, apetitosos,…
    
    Ella por su parte subió su mano despacio por mi pierna, hasta pararse allí donde tenía un gran bulto en mi pantalón, una erección imposible de controlar. La sensación de su caricia fue muy estimulante, excitante. Siguió con su manosobre mi pene mientras seguíamos besándonos. Y de repente noto como empieza a bajar la cremallera. ¡Uf!.
    
    -Para. Aquí no. –Me contuvo el tener al taxista tan cerca.
    
    -Vale, -me dijo sonriente- pararé pero si… - y me susurró al oído una propuesta fabulosa.
    
    Al poco paró el taxista, bajamos, y nos dirigimos a un portal, nuevamente ella delante de mí se movía decidida, y de una forma que imprimía a aquel abrigo un movimiento voluptuoso.
    
    Los segundos que estuvimos en el ascensor pasaron rapidísimos con beso largo, profundo, caliente.
    
    Entramos en su piso, se quitó el abrigo, y yo también dejé el mío sobre una silla.
    
    -¿Quieres tomar algo?
    
    -¿Whisky tienes? Solo con hielo, por favor.
    
    La seguí hasta la cocina cuando iba a buscar el hielo. Cuando estaba sacando los cubitos la besé desde atrás en la nuca, en el cuello y empecé acariciándola por las caderas. Una de las manos fue subiendo hasta su pecho y empezó a acariciarlo, mientras con mi cuerpo la empujaba contra la encimera de mármol, apretando mi erección en su culo. Ella se dejaba hacer apoyando las manos en el mármol. Ahora, tomando ...
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