Esquiando en sierra nevada - Relatos Eróticos

Esquiando en sierra nevada

... cama y comienza a meterme la lengua hasta las amígdalas, la acaricio y mordisqueo las tetas y la introduzco varios dedos en su chichi, caliente y húmedo como un volcán, me susurra al oído que Fabián la ha puesto muy muy caliente, mi polla dura como un ladrillo se abre paso entre sus piernas y en breve me corro en su interior pero no para de moverse y me deja agotado, me echo a un lado, me cubro con la sábana ligeramente y entro en un profundo sopor…

Despierto a media tarde con el sonido de la música de un canal musical de la tele, María no está a mi lado, me levanto y veo que está metida en la bañera con sus burbujas y medio metro de espuma, directamente me acomodo a su lado, nos miramos sin decir nada, disfrutamos de ese cómodo silencio, de ese maravilloso momento…nos toqueteamos con los pies y tocamos la empatía, al ratito las burbujas dejan de surgir, por más botones que tocamos nada se enciende, algo se ha roto, pero es hora de salir, nos secamos y vemos algo digerible en la tele hasta que son las 8 y nos vamos vistiendo, ella rebusca en el armario y se pone un bonito conjunto negro de encaje , unos leggins negros también una camiseta ajustada de tirantes y una blusa turquesa larga q la cubre el trasero, unos botines de tacón y ultima su rostro ante el espejo, repasa el carmín de sus labios y la raya de sus ojos, se retoca la coleta, coge la chaqueta de esquí bonita, es decir la que nunca lleva en pistas con su cuello de piel y nos dirigimos a la planta cero donde ...

... el bar a tomar un vino.

Pedimos dos blancos, la mirada perversa de alguno de los ingleses que hay por allí me dice que en verdad está atractiva no solo ante mis ojos, se lo repito en un par de ocasiones, que está muy sexy. Vamos al recibidor y allí está ya Rober vestido de calle muy apuesto él, al poco aparece Fabián marcando la diferencia, su corpulencia y su color de piel llaman la atención, no sólo a las hembras…

Decide Rober ir a uno de raciones, bastante lleno, pero es evidente que hay buen rollo, pues en cuanto le ven, nos dirigen a una mesa con sus cuatro sillas vacantes, pedimos 4 cosas, mayormente pescado, una botella de vino blanco fresquita que luego son 2, Rober y yo no paramos de contar batallitas de la mili, poco pueden decir los otros 2, así que ellos hablan de lo suyo, skí, trabajos, Venezuela… Rober y yo en la mili nos contábamos todas nuestras intimidades, y hoy no era menos, y por supuesto volvió a decirme que mi mujer estaba de toma pan y moja, que anduviera con cuidado con Fabián que era un gigoló, eso era evidente, pero lo cierto es que a mi me mola que la cortejen, pues se pone como una moto y luego follar es una pasada, pero lo cierto es que también me encanta verla follar, pues así ella disfruta más de lo que conmigo sólo suele ser, dado que mi gatillo está bastante flojo, y realmente hoy deseaba verla follar con otro, tan sólo tenía que atar la situación , por ello les dejé libertad de movimiento, se les veía muy amigables, supongo que el vino ...