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La primera vez
Fecha: 13/02/2022, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Aquel estaba siendo un verano un tanto deprimente para Sergio. Durante el curso se había relajado demasiado y había suspendido tres asignaturas, Física, Química y Matemáticas. Lo que le obligaba a hincar los codos si quería matricularse en Económicas. Las mañanas pasaban de manera soporífera en su habitación. En su escritorio se amontonaban los apuntes de las materias a aprobar mientras él se tiraba en la cama con un par de folios en la mano. Normalmente tan solo vestido con su pantalón de baloncesto. Apoyaba su espalda en la pared justo debajo de su póster de Michael Jordan machacando convertido en icono deportivo de una generación de aficionados al baloncesto por la marca NIKE. Ésta había sabido explotar aquel famoso salto del 23 de Chicago Bulls, hasta convertir en logo la figura del brazo en alto y las piernas abiertas. El ruido monótono del ventilador para aplacar el calor era un zumbido que se le iba metiendo poco a poco en la cabeza lo que dificultaba aún más poder memorizar cualquier cosa. La ventana abierta de par en par facilitaba que el aroma del tilo subiese hasta su pequeña habitación transportándole mentalmente a los momentos de charlas con sus amigos en los bancos de hierro del parque. Cuando daba por sabido algún tema hacía una bola de papel con los resúmenes e imitando a algún jugador lanzaba ésta contra la papelera. Si se colaba anunciaba entusiasmado como su equipo ganaba el anillo de la NBA por un punto de ventaja con un memorable tiro suyo. Si por ...
... el contrario la bola caía al suelo con el mismo entusiasmo decía que su defensa había provocado el tiro forzado de un rival y que al no entrar ellos ganaban el anillo de la NBA por un punto de ventaja. Las tardes eran aún peor. Tras el sopor que le producía el almuerzo era incapaz de avanzar en los estudios y terminaba derrumbado en la cama recordando a Irene. Lo que irremediablemente le provocaba unas tremendas erecciones que aplacaba masturbándose a diario. De vez en cuando también hacía uso de algún Playboy que guardaba bajo el colchón de su cama. Al final de la tarde llamaba al pueblo de la sierra donde veraneaba Irene para hablar con ella. La relación con su tía se limitaba a los encuentros durante las comidas. Ésta, una solterona de cincuenta años trabajaba a jornada completa en una oficina de seguros y dormía la siesta por la tarde. Así transcurría aquel lento, caluroso, soporífero y deprimente verano del año 90 para Sergio. Un día, hastiado de tanto estudio y tanto calor se le ocurrió un plan para hacer que Irene viniera a Madrid y pudieran verse. Le propuso ir a ver un concierto de Duncan Dhu. Ella en un principio estaba encantada con la idea pero luego madurándola un poco empezó a ver algunos inconvenientes. Su padre, José Antonio, con unas creencias religiosas tan conservadoras no le iba a dejar ir sola a Madrid a ver ningún concierto. Pero Irene urdió un plan que quizás cuajase. Su prima Ana María, iba para monja. Era una chica criada bajo los estrictos ...