1. Entregada a los amigos de mi pareja (1)


    Fecha: 13/02/2022, Categorías: Dominación / BDSM Autor: zari, Fuente: CuentoRelatos

    ... que de un momento a otro me iba delante de todos, allí sobre la mesa, a centímetros de las caras de esos dos que me daban vuelta, con el pelo revuelto mojado de transpiración mientras sentía una gota caerme por el cuello.
    
    Mi respiración se volvió entrecortada, el corazón se me apuró, me bajaba algo del estómago hacia mis piernas cuando se detuvo. Yo había doblado los brazos doblados y tenía los codos sobre la mesa y las manos apretadas al mantel, palpitando, vibrando, tensa como cuerda de violín, jadeando como perra.
    
    -Quieres que siga Peladita, me preguntó
    
    -Yo no podía decir palabra, por la sorprendente de su pregunta, y no me podía imaginar cómo estaba allí entregada como un corderito.
    
    -Peladita, quieres que siga o que te mande a sentar a la esquina de nuevo?
    
    -Sigue, le contesté
    
    -No te escucho.
    
    -Sigue por favor, le dije apocada, humilde. Y ahora, acá escribiéndolo, debo decir. Debo reconocer. O de reconocerme a mí misma que eso me excitaba más, que me tuvieran así, allí, me hacía sentirme mujer, femenina, una hembra que les daba lo que ninguna otra les daba, el placer de sentirse machos, poderosos. Que ninguna por mina que fuese, por muy mujer que se creyera, llegaba allí donde yo estaba. Con esos cuatro mirándome, pendientes de cada detalle mío. Y quizás por eso le rogué, le supliqué, le imploré que me hiciera terminar.
    
    Entonces volvió al juego del meter y saca sus dedos y en segundos sentía que volvía ese fuego dentro de mi estómago, yo sola le ...
    ... acomodaba mi ano, le movía mis caderas para que me lo ensartara más adentro y jadeaba como perra, como a cuadras de distancia escuchaba que uno de ellos decía “esta roja esta mina” o, “mira, se le abren las narices”.
    
    Luis que estaba delante de mí, al otro lado de la mesa me tomó de las manos y yo apreté las suyas como garras, tiritando. Estaba yéndome, un calambre dulce me embargaba, me diluía calada hasta los riñones, en ese éxtasis uno me pellizcó el pezón hasta casi rompérmelo pero fue terriblemente excitante mientras convulsionaba uno, dos minutos. Boqueaba con los ojos blancos, verdaderamente boqueaba y espasmeaba como pescado recién sacado del agua dijeron después.
    
    Cuando sentía que terminaba, que se me salía todo por mi entrepierna, que me abandonaba parte de mi cuerpo me dejé caer sobre la mesa exhausta. Fue el orgasmo más grande que he tenido junto a uno en que me masturbaran en una casa en la playa, también delante de otros.
    
    Pasaron varios minutos en que se volvieron a sentar y abandoné medio cuerpo sobre la mesa, la cabeza doblada y los ojos cerrados, los brazos lacios a los lados. Mi hombre se sentó y me sentó sobre el doblada, ida, alelada eché la cabeza atrás dejándola descansar junto al cuello de mi hombre y me topé con su cara. Si me hubiera besado lo hubiera aceptado. Aunque Luis estuviera a mi lado, total, él me puso en esta situación. Pero no lo hizo, me dijo “vamos al baño para que me limpies” y con dificultad me paré y lo seguí desnuda y cabizbaja al ...
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