Una apuesta en el descampado
Fecha: 15/02/2022,
Categorías:
Infidelidad
Autor: antoniosalieri, Fuente: CuentoRelatos
... antes, quítate la camiseta quiero probar esas tetas.
Salgo sin camiseta, nos ponemos delante del coche. Mis pezones se ponen duros por el frío. Me pide que me ponga contra el capó del coche. Obedezco mientras coloca sus manos en mis tetas. Me abro de piernas. Me aparta el hilo de tanga, saliva mi concha y penetra poco a poco. Ahora incluso parece más grande mientras va aumentando el ritmo.
Constante a pico y pala, con golpes rápidos, yo contra el capó, dejando escapar algún que otro gemido. Me empieza a palmearme el culo y me dice:
-Gime, gime en alto. Así te escuchará tu novio donde esté
Al principio dudo pero continúa su ritmo y sus palmadas. E insiste. Él comienza a gemir y yo le acompaño.
-Más alto, zorra. Aullada para demostrar quien tu macho alfa. Como me gustas.
Continúa, no da un momento de respiro. Noto como ahora aumentar tanto el ritmo que solo puede sacarla y meterla un poco. Noto el calor del motor del coche en mi cuerpo y como por detrás su gran polla hace que mis piernas se tambalean.
-Venga, rápido... ponte de rodillas quiero que veas lo que es un hombre de verdad.
Me arrodillo, me pone el miembro en la cara y antes de que me tiempo a nada, noto como un líquido cálido inunda mi cara y empieza a chorrear hacia abajo. Sin poder abrir los ojos, abro la boca para acabar ...
... de limpiarle el semen de su polla.
-Mereció la pena. Eres una verdadera perra. Voy a buscar algo para que te limpies.
Me quedo de rodillas en medio del descampado, con los faros de su coche iluminándome, con los ojos cerrados y mi cara llena de semen que chorrea poco a poco por mi cuerpo. Me da algo para limpiarme, me ayuda a levantarme y nos vamos al coche. Llego al asiento, voy a ponerme mi camiseta y no la veo. Le miro y señala mi mano justo con lo que acaba de limpiar.
-Así sabrá que estuviste conmigo.
Me pongo la camiseta de todas formas, me siento y ahora con los faros puestos me doy cuenta de que hemos tenido compañía todo el tiempo. Unos ocho o nueve tíos se habían estado tocando en la oscuridad del descampado mientras me cogían contra el capó.
-Si, hay mucho mirón por esta zona. Hoy más que nunca. Parece que has desatado pasiones.
Volvemos donde estaba mi novio, antes de bajarme del coche. Me coge del brazo y me dice:
-Has estado muy bien esta noche, si vuelves a estar aburrido del gallito de tu novio no hace falta que le truques el coche para que pierda y estés conmigo. Te he visto como lo hacías.
Sonrío, me bajo del coche y llego hasta mi novio. Tan sólo le conté que le hice una mamada y que así acabó mi camiseta. El resto queda entre él, un grupo de mirones y nosotros.