Diario de una chica trans: ¿Cómo es mi orgasmo?
Fecha: 16/02/2022,
Categorías:
Transexuales
Autor: Gitanilla, Fuente: CuentoRelatos
... problemas y sintiéndome la mujer más feliz del mundo por haberle provocado un rato tan grande de placer.
Tardé en darme cuenta de que no es el dar placer a otros lo que te hace más mujer, y al menos me alegra haber estado ese tiempo con un chico que fue dulce y cariñoso.
DESCUBRIENDO MI CUERPO
Estaba ya en la universidad cuando empecé a disfrutar de mi cuerpo de una manera que me resultó cautivadora. La culpa fue, si es que por disfrutar se le puede echar la culpa a alguien, de un compañero con el que sentí una gran conexión desde el primer momento, y con el que poco a poco fui ganando una complicidad que terminó, como no podía ser de otra manera, en la cama.
Yo ya había tenido algunas experiencias, aunque no demasiado memorables, por lo que le planteé una serie de normas que no se podían negocias:
Primero, yo era una mujer, por lo que mi sexo podía tocarse y mirarse, pero en modo alguno no iba a ser el centro de nuestro encuentro. Segundo, yo no iba a penetrarle (de hecho, con el tratamiento hormonal me resulta muy difícil tener una erección completa), y de hecho no tenía ningún interés en hacerlo. Tercero, si me iba a penetrar (y yo esperaba que sí, qué diablos, que ya me merecía una alegría después de tanto haberme dado a otros), más vale que fuera con cuidado y no se creyera que aquello era una película.
Creo que fui un poco borde al explicar todo aquello, pero él lo entendió y se adaptó perfectamente a lo que le pedía, que a fin de cuentas creo que ...
... no era tanto: simplemente que me tratase como la mujer que soy.
¿Te cuento cómo fue? Me da un poco de vergüenza que pienses que soy una tonta romántica, porque para nada soy una de esas chicas que se enamoran por el simple hecho de que les den un beso o un le enciendan unas velas… pero reconozco que aquello fue especial. Y lo fue porque hizo algo que yo no me esperaba, y era que me dedicase el mismo tiempo y esmero que yo tantas veces había tenido con otros chicos.
Obviamente, después de lo que habíamos hablado, los dos sabíamos que yo no había ido a su casa para jugar a la Play, pero la forma en que me recibió y me trató no mostraba diferencia a la de otras veces en las que habíamos quedado. Al entrar en su cuarto, se mostró cariñoso, pero sin ser baboso, y con un poco de música, unas caricias por aquí y un botón desabrochado por allá, acabé desnuda y sobre su cama, donde él dedicó un buen rato a darme un masaje. Un masaje que me volvió loca, para qué engañarnos, porque cuando sentía sus manos recorriendo mis pechos, bajando por mis caderas o apretando mis piernas (que son una de las partes de mi cuerpo que más me gustan, y por eso me encanta que me las toquen y acaricien), lo único en lo que podía pensar era en que quería tenerlo dentro de mí.
Para mi sorpresa, en un momento abrió mis nalgas, dejando al descubierto la abertura de mi cuerpo por el que yo tanto deseaba que él se escurriera, y bajando lentamente su boca hacia ella, comenzó a lamerla con un mimo y un ...