1. Cuando la belleza engaña


    Fecha: 21/02/2022, Categorías: Lesbianas Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... detalles de intimidades, no me parecía que era tema que le agradara.
    
    Pasamos la semana, y la verdad que teníamos tiempo de sobra, y Nati me preguntó, qué me parecía si nos anotábamos como autónomos, y si salía, tomábamos trabajo de alguna compañía más grande. Lo dejé a su criterio.
    
    Diana me seguía hablando para enterarse como me iba. Se lo agradecía, porque a pesar de saber que solamente podía ser amiga con derecho a roce, los momentos que pasaba con ella, me renovaban.
    
    Le comenté del ofrecimiento de Natalia y me entusiasmo para que lo aceptara
    
    Nati averiguó todo, podíamos hacer una sociedad de hecho, pero íbamos a esperar, hasta que consiguiéramos algo fijo que valiera la pena, eran tramites que se hacían rápido.
    
    Cada vez la admiraba más, la vitalidad, la disposición, el trato tan amable, siempre al tanto para ayudarme y enseñarme. Tenía unos modales que me cautivaban, delicada, tierna, no sabía que adjetivos más ponerle. Claro, eso mientras no agarraba la bolsa a puñetazos y patadas, o cuando discutía con Alfredo. Ahí se le iba toda la suavidad.
    
    Era un gusto verla ejercitarse, tenía un cuerpo que había que echarle. Lástima que la cara la afeaba un poco, está bien que con la simpatía y el carácter que portaba, tampoco que se notara tanto
    
    Pasaron las semanas. Diana volvió varias veces más y me hizo pasar momentos estupendos. Ya sabía de qué iba. No me hacía ilusiones y aprovechaba los momentos con toda la intensidad que podía (que era mucha).
    
    Me ...
    ... aconsejaba que aprovechara la capacidad de Nati, para hacer un emprendimiento con ambiciones de algo importante. Algo iba a salir.
    
    Cuando Diana no estaba la invitaba a Nati a salir al cine, o a donde quisiera, pero no había caso. Una sola vez salimos y cuando le dije de ir a cenar a un restaurant, no hubo caso, me dijo que mejor comíamos en casa y mirábamos alguna otra película.
    
    Entre semana muchas veces me quedaba a dormir. Si estábamos hasta tarde no valía la pena ir hasta mi casa. Después de cenar nos poníamos cómodas y tomábamos un café mientras mirábamos la tele.
    
    Esas noches, reafirmaba lo que veía en los ejercicios físicos. Con el pantalón cortito con que dormía, y una camiseta que le dibujaba esos pechos preciosos, me ponían al filo de esa línea que por la paz no quería traspasar. La apreciaba demasiado como para arriesgarme a hacer una tontería.
    
    Cada vez me tenía más pillada, y hasta me hacia la cabeza creyendo notar que ella también se fijaba en mí.
    
    Cuando Diana tardaba y me encontraba necesitada, ya no miraba la Tablet, me acordaba de Natalia y me hacía unos dedos memorables.
    
    Un día quise probar los celos de Diana, y se me ocurrió decirle
    
    -Oye, ¿sabes que cada vez Natalia me está gustando más? – se me quedó mirando con la boca abierta antes de contestarme.
    
    - Mujer, por fin te está gustando alguien como la gente, házselo saber – no sabía si mandarla a la mierda o agradecerle el consejo. Lo que sí, con esa contestación me reafirmaba que con ella, era ...
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