1. La historia de un incesto


    Fecha: 02/06/2018, Categorías: Confesiones Autor: Quique., Fuente: CuentoRelatos

    ... llegar a mi habitación tenía el coño palpitando y tan mojado que se me pegaban las bragas a él. Tenía que correrme otra vez o me daba un telele. Quité las bragas. Me eché boca abajo sobre la cama e imaginando que era mi padre el que me metía la polla, me masturbé con dos dedos hasta que me corrí.
    
    Me había imaginado a aquella belleza con su coño y sus dedos mojados de jugos, y me había empalmado. Ya estaba seguro de que me estaba calentando para que follásemos. Le dije:
    
    -Un historia muy excitante.
    
    Me miró para la entrepierna.
    
    -Se nota. Tienes un buen empalme.
    
    -¿Te molesta?
    
    -No, me gusta saber que se te empina. Acabaré de contarte la historia.
    
    -Soy todo oídos.
    
    -Al día siguiente era domingo. Me levanté a las doce del mediodía. Vestida con unas braguitas blancas y una camiseta del mismo color, apretada al cuerpo, donde se me marcaban mis pezones, fui a la cocina. Mi padre estaba recién duchado, en zapatillas y bata de casa. Untando de mantequilla una tostada, me dijo:
    
    -"¿Por qué te emborrachaste ayer noche?"
    
    -No te lo voy a decir.
    
    -"Me lo vas a decir o te castigo. Y no vuelvas a andar por la casa en bragas."
    
    -Mi padre me sentó en una silla. Bajé un poquitín las bragas con un dedo. Le enseñé algunos de los negros pelos de mi chocho, y le dije: No se me veían los pelitos, papá.
    
    -"¡Yenny!"
    
    -¿Qué? ¿Me vas a dar en el culo por traviesa?
    
    -"¡No me provoques!"
    
    -Le puse el culo delante de la boca. Contoneé las caderas, y le dije: ¿Es ...
    ... bastante provocación?
    
    -"¡Ahora verás!"
    
    -Me cogió por la cintura. Me puso sobre sus rodillas. Me bajó las braguitas hasta las rodillas. Quitó una de sus zapatillas marrones, de esas que tienen el piso de espuma, y me largó en mis prietas y negras nalgas: ¡zas zas zas! Sentí su polla empalmada en mi vientre. Mi coño ya estaba mojado. Me preguntó:
    
    -"¿Vas a comportarte bien?"
    
    -No, voy a ser mala. Me gusta que me azotes. Toca mi chocho y verás que mojado está. Me volvió a dar en las nalgas. Sentía su polla latir sobre mi ombligo. Apreté mi cuerpo contra ella para sentir mejor sus latidos. Le dije: Dame más, bichito, dame más.
    
    -"¡¿Bichito?!•"
    
    -Me largo con ganas. Sentí como mis muslos se mojaban con el flujo que salía de mi chocho. Mi padre los vio. Disimuladamente pasó una mano por la humedad. Sentí como su polla volvía a latir como el corazón de un caballo que va a montar a una yegua. Debió creer que ya llegara demasiado lejos, ya que me subió las braguitas. Me puso en pie, y me dijo:
    
    -"¡Castigada en tu habitación!"
    
    -Allí te espero. Quiero que me hagas lo mismo que ayer noche.
    
    -"Yo..."
    
    -Con lo cachonda que me había puesto no lo podía dejar escapar vivo, así que le dije: Tú me comiste el coño anoche. ¿O es que me lo comió un ladrón que lleva tu mismo perfume? Le di un beso con lengua y le cogí la polla. Estaba dura como una piedra. Había despertado a la fiera. Me cogió en brazos y me llevó a su habitación. Me echó sobre la cama. Me quitó las braguitas. Yo me ...