1. MIS AVENTURAS II


    Fecha: 03/06/2018, Categorías: Hetero Autor: XCITANTDLC, Fuente: SexoSinTabues

    ... cuando llegue a la línea el andén estaba repleto y los trenes que llegaban peor aún, estuve esperando como por 20 minutos a que pasara un metro "decente" en el cual me pudiera subir pero nada, hasta que enviaron un metro completamente vacío para la estación, de igual manera me subí en los vagones para hombres, pero a pesar de los 20 minutos que me sirvieron de descanso aun iba muy agotada por la acción de hace un momento, afortunadamente pude alcanzar asiento y me recosté sobre la ventana cerrando mis ojos para tratar de dormir un poco ya que el recorrido de esa línea es aún más largo que la otra. Iba media dormida cuando sentí alguien sentarse a mi lado y poner una mano sobre mi muslo, lo mire y era un viejo de unos 65 años, al ver su mano arrugada, su cuerpo viejo, gordo y feo, me dio asco. Antes de poder quitar su mano, el viejo me dijo: Iba detrás de ti en el otro vagón, yo fui el que te desabrochó el sostén y me quede con ganas de meterte mi pito. Y fue subiendo la mano por el muslo. Al escuchar eso, por la sorpresa no le dije nada y más por el morbo que otra cosa lo deje seguir. El viejo subía su mano por debajo del diminuto vestido y al tocar mi tanguita, dijo con voz de triunfo, ¡sabía que seguías mojada puta! El escuchar al viejo decirme puta, hizo q me excitara de nuevo y sin querer abrí mas las piernas, una sonrisa malévola se formó en la boca del hombre. Así es putita, abre esas piernas putita. Los dedos gordos del viejo se posaron sobre mi tanguita y comenzó a ...
    ... sobar mis labios vaginales y clítoris lentamente, por encima de la fina tela. Me recline de nuevo sobre la ventana a disfrutar de las caricias que me daba. Las manos de mi acompañante no se estaban quietas, subían y bajaban por mis muslos, de vez en cuando sus dedos se posaban sobre mi vaginita, pero siempre por encima de la tanguita blanca. La estación donde bajaba se acercaba era la penúltima estación y me puso de pie, el viejo rápidamente tiro de mi brazo hacia abajo diciéndome: ¡Si te levantas te golpeo como la puta que eres! Me dio algo de miedo y me quede sentada en el asiento quieta, de repente su situación había cambiado por completo. Unos segundos atrás yo era la chica que teniendo piedad de aquel pobre anciano, permitía que este me sobara a placer, ahora el viejo me tenía amenazada con una golpiza si me movía de ahí. Mientras llegábamos a la última estación el viejo no paraba de amasar mi muslo y sobar mi conchita, al llegar a la última estación, las pocas personas que habían se marcharon dejándome con el señor a solas, las puertas se cerraron, me sentía prisionera de aquel hombre, tenía miedo y no me atrevía a decir nada. Aquí era donde el tren se metía en los túneles oscuros hasta salir de nuevo al andén. Apenas el tren comenzó a moverse hacia la oscuridad el viejo me sacó del asiento y me puso de rodillas encima de este dándole la espalda. El viejo empujó mi espalda hacia enfrente haciéndome que empine aún más mi culito hacia él, apreté los ojos sabiendo lo que se ...
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