Dora la mamadora (Segunda parte)
Fecha: 11/03/2022,
Categorías:
Incesto
Autor: siremis, Fuente: CuentoRelatos
... fuerte y le comienza a besar la sudorosa y grasosa cabeza calva con ternura. El viejo al notar esto la mira y ella estira su boquita y le da un piquito en los labios. El pervertido se acalora, comienza a sudar más de la cuenta y la baña a ella en sudor, en grasa corporal y en saliva. María se siente como en un horno, el calor que genera el cuerpo del viejo la excita aún más. Milcíades la besa en la boca desesperadamente, y ella no se queda quieta, le responde los besos con pasión. Se escucha un fuerte grito de la señora Dora desde el segundo piso y esto estimula aún más a María quien ya tuteando al infame y horrible personaje dice:
María: ¡Déjame montarte, papi!
El pervertido no lo puede creer, la chica resultó ser más puta que las mujerzuelas que trabajan en sus puteaderos. Esto hace que su grado de excitación aumente, y su verga se ponga más potente. Se levanta rápido, coge a la hermosa mujer violentamente como a una muñequita y la pone de pie, él se acuesta y jala de la mano a María para que se monte sobre él.
Ella sola ya sabe qué hacer, agarra ese viscoso, pero duro y erecto miembro y se lo mete en la cuca y comienza a dar fuertes saltarines como si estuviera montando a caballo, sus tetas saltan al ritmo de esos saltos, son tan grandes que parecen querer salir despedidas por los aires, igualmente sus coletas de cabello saltan de forma excitante. La chica grita de placer, sus gritos y gemidos resuenan por toda la casa. Al mismo tiempo se comienzan a escuchar ...
... los gemidos y gritos de su madre, cuando la chica grita luego lo hace Dora, y viceversa, es gracioso, pues cuando una emite un grito o gemido la otra parece contestarle con otro grito o gemido.
El hombre estira sus manos y le agarra las estupendas tetazas, se las aprieta, se las frota, le estira los pezones, hace que ella se agache para que él pueda succionarle los pezones, luego vuelve a dejarla libremente saltando y penetrándose con aquella chica, pero gruesísima verga. La chica toma con sus manos las manos del viejo barrigón y entrelazan los dedos. María sigue propinándose verga a gran velocidad, sus tetas y sus colitas de cabello suben y bajan espectacularmente, y llega el momento en que llega su clímax. La mujercita se corre, entre gritos y gemidos, soltando cantidad de líquido por su rica vagina, mojando el cuerpo de su hombre.
Milcíades: ¡Uf! ¡Que buena chica! ¡Definitivamente te necesito en mis prostíbulos! ¡Eres una fiera! ¡Qué mujerzota! ¡Qué puta!
La chica ríe, lo besa y luego, sube su cuerpo y sigue saltando sobre el vigoroso falo del dueño de los prostíbulos, la chica ahora si se ve contenta, sube su cara mirando al techo, cierra los ojos y en su rostro aparece una tierna sonrisita, después sube sus manitas y a la vez que saltan sus tetas se va quitando los cauchitos de sus coletas liberando su cabello, ahora su cabello suelto bailotea y se viene a su cara, se ve muy incitante ver su cabello caer sobre su cara en un momento y en el otro saltar hacia atrás ...