1. Nuestro sofá


    Fecha: 14/03/2022, Categorías: Erotismo y Amor Autor: Legasex, Fuente: CuentoRelatos

    ... pelo.
    
    Empecé a pasarle la lengua por los bordes de su sexo, por su culo recogiendo los jugos que caían con la lengua, le separé los labios y sorbí sus jugos, sin tocar su clítoris. Ella arqueaba las caderas para acércamelo más a la cara, pero quería hacerlo a mi ritmo, disfrutando de su sabor. Cuando estuvo bien empapada y abierta me apliqué a su clítoris y a los pocos minutos se estaba corriendo.
    
    La dejé descansar para empezar de nuevo esa comida de coño, ahora metiendo uno dedo en su coño, presionando su punto G y jugando con otro dedo en su culo, empapado por sus propios jugos y mi saliva. Sus gemidos ya eran gritos pidiendo más, pero quería seguir probando su agujero… mi lengua en su clítoris y dos dedos penetrándola, que mayor deleite puede existir??
    
    Se había corrido unas dos veces y ahora me pedía mi polla, quería montarme, follarme decía… Me puso un preservativo con la boca, así que me tumbé y la dejé que se fuese sentando sobre mi polla controlando que lo hiciese despacio para sentirla penetrar cada centímetro de su coño húmedo. Subida encima de mí, enseguida empezó a gemir y decir cómo le llenaba, mientras ella subía y bajaba mis dedos jugaban con sus pezones, su culo y nos besábamos como loco. ...
    ... Cambiamos de postura muchas veces, en una, hasta me di con la cabeza en la pared de tanto entusiasmo, ya que me gusta correrme una o dos veces y alargo muchos los polvos, controlando mi eyaculación.
    
    Cuando ella ya no podía más, me pidió que me corriese, pero le dije que no, que era ella la que tenía que hacerme correr, así que me cogió la polla, me quitó el preservativo, se la metió en su preciosa boca y se puso a chupármela a lo largo, jugando en mi capullo con su lengua, chupándome los huevos, me encanta que me acaricien el culo mientras me la chupan. Lo adivinó porque enseguida se puso a jugar con un dedo en mi culo y a chupármela como una experta, hasta que me corrí sobre mi vientre.
    
    Lo mejor de este primer encuentro es que me confesó que con su chico se corría como mucho una vez y a dormir.
    
    Ya era tarde, hora de irnos, las cervezas se quedaron calientes, así que nos fuimos de camino otra vez a la estación y nos despedimos con un gran beso.
    
    Desde aquel día, cada vez que hablamos y me pregunta que hago le digo que sentado en “nuestro” sofá.
    
    Sé que es un relato corto, pero tampoco tenía mucho tiempo hoy para escribirlo y esto es lo que me vino en la cabeza. Espero que os haya gustado y lo disfruten. 
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