1. Mi amante, el profesor de tenis


    Fecha: 17/03/2022, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: solymar, Fuente: CuentoRelatos

    ... erección al verme.
    
    Su profesionalismo se derrumbó cuando, al saludarlo respetuosamente con la mano, le entregue una nota, prolijamente doblada y me retiré de la cancha dejando mi bolso con las raquetas y las pelotas en un banco cercano. Y moviendo mi culo, caminé hasta el vestuario, antes de entrar, miré por sobre mi hombro y vi que me seguía sonriente, ahí confirmé que sería mío cada vez que yo así lo quisiera…
    
    La nota decía: “TE ESPERO EN EL VESTUARIO”.
    
    Tres minutos más tarde Marcos entraba al lugar en busca de sexo.
    
    El choque de cuerpos al vernos fue irresistible. La atracción era tal que no podíamos despegar los cuerpos.
    
    El mío estaba siendo atraído hacia el suyo con la fuerza de un imán, encastraban perfectamente en él.
    
    Marcos sin dejar de morder mis labios, casi dolorosamente, traba la puerta para no ser interrumpidos.
    
    Con la misma pasión, me levanta de la cintura y cruzando mis piernas por su espalda, caminamos, mordiéndonos, jadeantes, desesperados, hasta apoyar mi culo ...
    ... desnudo en el frío mármol de la mesada del lugar y mi nuca en el espejo. Así Marcos me cogió como la primera vez.
    
    Una tarde que mi esposo había salido de viaje con sus amigos, fui a la clase de tenis, esperé a Marcos y lo invité a mi casa.
    
    Era la primera vez que cogeríamos en una cama.
    
    Fue el mejor multiorgasmo que he tenido hasta hoy.
    
    Marcos quemó con sus manos ardientes cada rincón de mi cuerpo.
    
    Mordí el suyo, saboreándolo por completo.
    
    Introdujo su pene en mi boca, en mi vagina, en mi culo, reiteradas veces. Una y otra vez, cogió fuerte cada uno de ellos. El refriegue de los cuerpos excitados, mis fluidos vaginales mezclados con su semen, nuestros jadeos pronunciaban torpemente deseos, llevaban nuestra excitación al máximo.
    
    Éramos salvajes, solo queríamos saciar nuestro placer, calmar nuestro instinto animal.
    
    Saqué membresía en el club.
    
    Asistía religiosamente dos veces por semana, por 90 minutos, durante dos meses.
    
    Nunca jugué al tenis. Marcos pidió el pase a otro club. 
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