Mi primera vez en un bar swinger
Fecha: 18/03/2022,
Categorías:
Hetero
Autor: AMANTES, Fuente: CuentoRelatos
Era noche de viernes como cualquier otra, en casa de uno de mis mejores amigos tomando vino. Al rato llegó mi mejor amiga que por esos días estaba enrollada con él. Seguimos tomado vino y echando cuentos, mi novio estaba en clase, salía a las 8 pm y me había dicho que si podía pasaba un rato, tenía que madrugar al día siguiente a clase nuevamente.
A eso de las 8:30 llegó mi novio, seguimos tomando vino los 4, echando cuentos y riéndonos, pedimos comida y pasábamos una velada normal, no pintaba para mucho más.
En medio de la conversación surgió el tema de los puteaderos. Le “reclamé” a mi novio porque semanas atrás le había dicho que quería ir a un lugar de esos y finalmente nunca habíamos concretado nada, esa noche lo dije entre chiste y chanza, no era el momento apropiado, además él tenía que madrugar al otro día.
Sin embargo él quedó con el tema y le escribió a un amigo suyo -dueño de uno de los lugares más exclusivos de la ciudad- y en menos de nada nos dijo que nos alistáramos porque había pedido un Uber e íbamos a salir.
Todos quedamos con cara de sorprendidos, pero hicimos caso, nos pusimos zapatos, abrigos y demás y salimos del apartamento a eso de las 11 de la noche.
Él me preguntó qué clase de sitio quería: algo tranquilo o un poco más desenfrenado. Yo escogí un lugar tranquilo, así que le dio las directrices al conductor y en menos de nada llegamos a un barrio muy residencial de la ciudad.
El carro se detuvo, nos bajamos frente a una casa ...
... bastante grande con un estilo muy tradicional, no se escuchaba ruido ni nada. Él se anunció y nos abrieron de inmediato.
Entramos al lugar, oscuro, luces de colores pero muy tenues. Nos sentamos en el bar y nos ofrecieron la carta de tragos, decidimos seguir tomando vino. Él se fue a hablar con la administradora del sitio y después llegaron a preguntarnos si queríamos pasar a un lugar más privado, todos dijimos que sí y nos llevaron a una salita.
La sala tenía dos sofás, una mesita en el centro y un espejo que cubría una pared completa. Seguimos tomando vino y hablado. Al rato llegó la administradora y nos dijo que iban a pasar las chicas a saludarnos y a presentarse.
Empezó la pasarela, una a una, nos decían su nombre, nos daban un besito en la mejilla y salían, vendiéndose, como putas.
Hubo una en particular que nos causó una buena impresión a todos por su olor, seguramente se acababa de bañar y su pelo y toda ella emanaba un buen olor, se hacía llamar Samara. Una morena, no muy alta, de tetas pequeñas y un cuerpo muy lindo. Nos decidimos por ella.
Samara legó al rato, con una lencería muy sexy, nos saludó nuevamente, muy cariñosa. Acomodó su música y empezó el baile. Estaba bailando reggaetón, muy muy sensual, se nos acercaba a cada uno, especialmente a las dos mujeres -por órdenes de mi novio-, al que le encantaba la escena.
Samara empezó a quitarse la ropa hasta quedar sin nada, yo seguía un tanto tímida y temerosa, pero tremendamente excitada. Era la primera ...