De Andrés a Andrea: Historia de mi feminización (II)
Fecha: 04/06/2018,
Categorías:
Dominación / BDSM
Autor: Andresa, Fuente: CuentoRelatos
Durante las dos semanas siguientes me dediqué a buscar páginas web de venta de ropa femenina. Lo difícil era como hacerme con ella sin despertar las sospechas de mi mujer, pero encontré algunas páginas que te dejaban la ropa en lugares acordados. La guardaba en casa en un maletín, en mi despacho, en un lugar escondido al que mi mujer no accedía.
Antes de un mes había quedado de nuevo con Carla. Cuando le enseñe la ropa interior me felicitó por mi buen gusto, todo color gris y rosa. Esta vez me dijo lo siguiente:
“Para ser una buena putita tienes que ser limpia. Y, en tu caso, debes limpiarte bien tu agujerito, así que entra en la ducha, quita la alcachofa del tubo flexible de la ducha y ya sabes lo que tienes que hacer”
Rojo de vergüenza lo hice, varias veces, hasta dejarlo totalmente limpio. Después me volví a vestir, me puse un vestido que ella eligió, me maquilló, me puso los senos de silicona y me ordenó pasear de nuevo un ratito y luego me tumbó en una camilla médica, de tocología. Me hizo separar bien las piernas, apoyarlas en lato sobre unos soportes e la misma, y me ató pies y manos esta vez trajo varios plugs. Me lubricó bastante y comenzó a meterlos, primero el más pequeño. El segundo me dolió bastante pero cuando me enseño el tercero me acojoné. Ella se río de mí y me dijo:
“No te preocupes Andrea, que ese será tu nombre desde ahora, te voy a ir dilatando el ano hasta convertirlo en un culo como es debido, para que puedas ser follada por todo tipo de ...
... pollas”
Poco a poco comenzó a introducirlo; yo veía las estrellas pero ella no se amilanaba. A veces me lo sacaba y me volvía a lubricar; Otras veces sencillamente esperaba con movimientos suaves a que se dilatase mi esfínter anal lo suficiente. Al cabo de diez o quince minutos me lo introdujo enterito. Comenzó un mete saca suave que me fue poniendo a cien. Cuando se dio cuenta, paró y me dijo:
“Andrea, ahora tienes que aprender a chupar pollas”
Me metió un consolador de polla en la boca, bastante gruesa y larga, y me obligaba a chupar introduciéndola hasta que me daban arcadas. Cuando le pareció bien me metió una más pequeña con un arnés que me ató a la cabeza, de modo que la tenía fija en la boca.
Con el plug metido, comenzó a utilizar el Hitachi y simultáneamente un mete saca hasta que no aguanté más y me corrí.
Me desató, me envió la ducha y cuando salí me dio las nuevas instrucciones:
“Me encanta que te hayas corrido con el plug, como una buena putita. Te vas a llevar el plug y las tetas de silicona. El próximo día vendrás con tu ropa interior y con las tetas puestas. Te compraras unos pantalones de mujer, una blusa o camisa femenina y vendrás también con todo ello encima”.
Yo protesté diciendo que no podía hacerlo, pero ella se rió de mí y siguió:
“Claro que puedes, putita, no solo harás eso sino que diariamente te pondrás el plug durante algunos minutos, cada día más, para dilatarte, y me mandarás fotos con el móvil de tu culito perforado. Ah, y ...