1. Lorena, putita desde chiquita. Cómo fue su primera vez.


    Fecha: 04/06/2018, Categorías: Hetero Autor: efeyitan, Fuente: SexoSinTabues

    Los abuelos de Lorena vivían en una casa grande de dos pisos. Tenían personas trabajando para ellos. Unas señoras para la limpieza y cocina y varios hombres para cuidar a los animales, trabajos mayores, jardinería, etc. Entre esos estaba un hombre que rondaría los 28 años. Tenía un cuerpo marcado por sus labores de fuerza. Sus brazos eran fuertes. Su pecho era prominente y siempre se quedaba en las noches los fines de semana pues era cuando más trabajo tenía. Lorena era una niña de 12 años muy conversadora. Era linda, delgada, alta, de pelo corto hasta los hombros, piel blanca y ojos claros. Su mamá la tuvo cuando apenas tenía 14 años, por lo cual siempre vivió con sus abuelos. Poco contacto tuvo con su mamá, pues ella disfrutaba de vivir su juventud en las fiestas y con varios hombres en vez de estar con su hija. Lorena tenía la costumbre de sentarse en las piernas de los hombres que trabajan en su casa. Cualquier excusa le servía y varias veces le regañaban por eso, pero no dejaba de hacerlo. Al decir verdad, no la cuidaban mucho o no lo supieron hacer. A Miguel, esto le gusta de ella. Varias veces se sentaba a ver televisión en la sala de la casa después de terminar su trabajo y Lorena se sentaba con él sobre sus piernas. Se acurrucaba en sus brazos y pecho y se mama los dedos mientras Miguel posaba su mano sobre sus brazos, piernas. y con el pasar del tiempo, su mano fue tocando otras partes de la niña. Miguel iba poco a poco ganándose la confianza de la niña. Veía hasta ...
    ... qué punto se incomodaba o hacía algún gesto que le hiciera saber que ella contaba o alguien se daba cuenta de lo que hacía. Pero no había nada de eso. Miguel jugaba con Lorena mientras veían televisión en la sala, cuando no había nadie más por ahí. La abraza, le tocaba la panza y le tocaba los muslos de la pierna. Lorena se quedaba quieta, mamándose sus dedos y sonriendo cuando la mano de Miguel le hacía cosquillas sobre su cuerpo. Poco a poco esa mano fue toqueteando sus incipientes pechos. Eso le causaba a Lorena placer. Le gustaba sentir cómo Miguel toaba y jugaba con sus pezones que apenas mostraban los inicios de unos pechos de mujer. Le gustaba cómo la mano de Miguel cosquilleaba su totonita. Ella abría las piernas y Miguel con mucho cuidado rozaba y tocaba la totona de ella por sobre el pantalón, a veces cuando llevaba falda, podía sentir su piel e introducir sus dedos en la vulva de la niña, quien disfrutaba de ese juego y cerraba los ojos cuando él lo hacia. Miguel quería ir más lejos con la niña. Ya ella se sentaba sobre él casi siempre con falda. Dándole la espalda a Miguel, abría sus piernas por sobre las de Miguel quien la besaba por detrás y le metía los dedos en la totona. Lorena disfrutaba un mundo esa sensación. Le gustaba el cosquilleo que sentía en su barriga cuando los dedos de Miguel entraban en su pequeña vulva. Miguel ya no aguantaba más y la llevó a un sitio más solo de la casa, por detrás, donde nadie los vería. Allí, le mostró a Lorena su pene. Ella ...
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