El zapatero
Fecha: 05/04/2022,
Categorías:
Transexuales
Autor: ANITO, Fuente: CuentoRelatos
En el condominio donde yo vivo, en la puerta de entrada un señor trabaja como zapatero de la comunidad, donde todos salen a trabajar muy temprano, y la mayoría de los jóvenes como yo tienen 20 años. Yo soy Tomas y estoy estudiando en una universidad; salimos también a distintas horas, este señor tiene la costumbre de estar enterado de todo lo que hace el vecindario, como solo es una puerta, tenemos que pasar por su delante; mi casa queda frente a su lugar de trabajo y vivienda, en donde él vive solo, a veces me quedo observando desde mi ventana su accionar y e veo que demora mucho con cada cliente que le solicita sus servicios, siempre está con sus pantalones cortos, los que al mover las piernas deja notar su verga gruesa y cabezona, y en algunas veces cuando esta con alguna mujer que le gusta se le pone erecta, a lo que él no hace ninguna acción para disimular y continua con lo que está haciendo; algunas mujeres se le quedan mirando y se sonríen.
En algunas veces me he quedado mirando detrás de la cortina de casa, como se la soba cuando la tiene parada, y eso a mí me entusiasma y sobo mis nalgas, a pesar de no haber tenido contactos con chicos, me gusta observarlos y, cuando hay alguien que me gusta, el culo se me moja y abre; con el zapatero me pasa lo mismo. Cuando paso por su lado y el me saluda siento que me está mirando el culo y su olor a tinte y tachuela se me queda grabado en la nariz, y en las clases las recuerdo y mi culo hace agua. Todavía no salgo del closet, ...
... tengo miedo a mis padres, nunca me han cachado; mi orto sigue virgen, mi dedo solo ha entrado, cuando me masturbo pienso que alguien me la está metiendo fuerte y duro, que muerde mi nuca y aprieta mis tetitas que están grandecitas y, yo me corro.
Un día, vi como una vecina entraba a su cuarto, que está detrás de sus herramientas, mirando a todo sitio como para no ser vista por nadie, como yo estaba en mi ventana me di cuenta, Salí sigilosamente y fui también al cuarto muy despacio, una vez adentro escuché los gemidos de la vecina y decía:
‘Mas, mas, mas cláveme su tachuela Don Zapa… fuerte, adentro… Aggg… y pude ver desde mi lugar escondido como la clavaba en cuatro una estaca enorme y curva en el culo de la señora, quien gozaba a cada arremetida… Siga don Zapa… siga no pare métala más adentro… mas…’
Yo no aguantaba la excitación y me masturbé, pero de soñar con esa pinga en mi culo. Era tosca y gruesa, filuda y curva, sobre todo cabezona. Yo salí a la calle rápidamente por si acaso saliera la señora y me encontraran mirándolos, ella salió después contenta y sobándose el culo.
En mi cuarto de mi casa frente al espejo me puse a mirar mi culo, era rico, paradito, nalgoso, blanquito y no tenía pelitos ni granitos, nada de huellas, bien formadito, seria por eso que en la calle y en la universidad los chicos se quedaban mirándome; la chicas me celaban y me preguntaban que hacía para tener mi cinturita quebradita y que salgan mis nalgas redonditas, yo me reía, en el bus ...